Impeachment

El actual presidente de Estados Unidos tiene todas las cartas para ser sometido a un proceso de destitución pero no ocurrirá. De los tres presidentes que han pasado por este proceso ninguno fue destituido, además, ninguno de los tres presidentes estadounidenses que han sido sometidos a un «impeachment» fueron apartados de su cargo. Andrew Johnson en 1868, Bill Clinton  1999 y Richard Nixon, que dimitió  en 1974.
El caso de Trump, famoso además por ser un mal encarado y buscarse enemigos por todas partes, pide ser destituido “a gritos” pero no lo será. Desde su elección, su mandato está bajo sospecha. Primero fueron las interferencias en el proceso electoral por parte de Rusia, no probadas pero no hace falta. Y segundo las relaciones económicas, o del tipo que sean, con el mandatario ruso Putin. Dicen, sin probar, que el presidente ruso le tiene cogido por los huevos al presidente americano y que todo lo que pasa en la Casa Blanca lo sabe el presidente ruso. Pero según avanza el mandato de Trump surgen más sospechas que a veces no son más que verdades que no se pueden probar. Ahora, como final, aunque habrá continuación, su propio abogado está imputado y ha declarado que era él mismo, además de testaferro y abogado personal, quien habría  pagado  con el dinero de la campaña electoral de Trump a sus putas. 
La situación cada día que pasa se pone más difícil para el bocazas del presidente americano. Ahora bien para iniciar su destitución se precisa los 2/3 de la Cámara de Representantes, y eso se antoja imposible. Y después, además, sería el Senado el que actuaría en el juicio político. 
Pero hay un punto que casi nadie quiere tocar, y es que la economía estadounidense está muy fuerte   y si esa palanca económica está  tan sujeta, y añadimos  que en USA no hay paro, la destitución del Presidente se nos antoja imposible.  A pesar de la existencia de motivos suficientes que pueden generar el  - impeachment - es prácticamente imposible que se inicie ningún proceso contra el presidente Trump porque se trata de un multimillonario que además de tener voz propia  como presidente de EEUU y ser casi intocable tiene el añadido de ser  un poder  fáctico económico mundial, lo que le hace doblemente fuerte. Seguirá y hasta es posible que vaya a su segundo mandato (Si él quiere)