El Tribunal de Cuentas avisa a los golpistas, por Jesús Salamanca Alonso
Con la notificación del Tribunal de Cuentas ya no tienen escapatoria. Si no pagan cuanto se reclama a los golpistas, tendrán que hacerlo de su patrimonio
“El Tribunal de Cuentas nos pide una fianza de 4,1 millones de euros a los que hicimos posible el Referéndum del 1-O. Tenemos 15 días para evitar que nos embarguen nuestros bienes. Si votaste el 1 de Octubre, te necesitamos”. Sí, con toda su caradura y su atrevimiento escribe Puigdemont en su cuenta de Twitter cuanto acaban de leer. Es un hecho que a algunas personas no se les cae la cara de vergüenza porque la tienen recubierta de cemento armado: después de demostrar una cobardía inusual al huir de la Justicia, mofarse en las fiestas privadas de sus compañeros presos (alude a ellos con frecuencia como “pringaos”) y vivir en plan “sultán de Cataluña”, ahora pide y pide como si alguien tuviera alguna obligación para con él. Es un hecho que la ubre ya se resiente y que cada vez engañan a menos incautos.
Entre los “indepes” la mofa se extiende cada vez más. Las redes sociales son un claro panel sociológico de quienes no van a soltar ni un euro más. Las multas que se las paguen ellos, suelen decir. Curioso, por gracioso, es el ‘tuit’ de un usuario que exige a “Puchi” que levante la DUI para evitar el pago. Pero va más lejos: “Hola Carles, el dinero de la fianza que pide España o bien no la pagues, o que te la pague el PDeCAT, JxCat. Mi dinero es simbólico, como vuestra acción política. ¡Iros a tomar por saco!”. Al buen entendedor.
El objetivo del mensaje no era otro que pedir ayuda, como lleva haciéndolo desde que huyó mostrando la irresponsabilidad que ya se le suponía. Sí, igual que el valor en la mili, pero en versión congojo y pusilanimidad. Con la notificación del Tribunal de Cuentas ya no tienen escapatoria. Si no pagan cuanto se les reclama a los golpistas, tendrán que pagarlo de su patrimonio; algo que debió hacerse hace tiempo, como le sucedió al expresidente, Mas.
Las defensas del expresidente, Carlos Puigdemont, la de sus exconsejeros y la de numerosos altos cargos de su Gobierno deberán hacerse cargo de la liquidación provisional. Cierto que es poca cosa, pues tan sólo asciende –redondeando-- a poco más de cuatro millones de euros. Tal montante es lo que el instructor considera que se malversó para destinarlo al referéndum donde vimos votar varias veces a las mismas personas, donde votaban la joven y su perrita y del que no hay actas ni recuento formal. Fue todo un despropósito: lo mismo se contaban papeletas en un rincón de una iglesia mientras se celebraba el oficio que metían mano en la urna improvisada varias personas a la vez. Más propio de una película de los hermanos Marx que de algo real.
Puigdemont no ha hecho nada por Cataluña ni por España, salvo un daño constante e intenso, hasta el punto de generar división social, enfrentamientos familiares, rencores, odio, adoctrinamiento fascista y violencia. No hablamos hoy de represión porque no toca, pero lo haremos otro día; esa represión con la que se ha amordazado a la mitad de los catalanes que se sienten españoles. No sé lo que pueden tener en la Caja de la Solidaridad, pero de ella ha salido mucho dinero; se ha pagado de todo menos lo necesario. Y hay mucho más dinero que no ha salido a la luz: un dinero desviado de cuanto regaba el Gobierno central por Cataluña, en detrimento del resto de comunidades autónomas.
El expresidente ha sido uno de los que más se han aprovechado junto con los golpistas presos. Dudo que la Caja sea un pozo sin fondo. Y si en 15 días no pagan, su bolsillo y su patrimonio se resentirán; bien es verdad, que teniendo el Gobierno central que tenemos puede surgir cualquier caso de prestidigitación, un Villarejo dislocado o un Marlaska alborotado, incluso obligar al instructor a callarse y mirar para otra parte, so pena de ser retirado de su carrera judicial.
Muchos parecen haberse hartado de “echar en la gorra”. Eso de aportar para algo, sin ver resultados, ya no se lleva. Y los usuarios independentistas se han escandalizado esta vez. Sus reiterados mensajes de twitter dejar entrever que no saben dónde va el dinero de esa Caja de Solidaridad, pero sí saben que de él viven “a cuerpo de rey” muchos políticos mediocres que no avanzan en la independencia. Y no pueden avanzar porque podemos presumir de que no han conseguido matar a Montesquieu –y no es porque no lo intenten a diario desde el Gobierno “Cum Fraude”-- además de que la Justicia se mantiene firme y en su sitio, sin resquebrajarse frente a las reiteradas presiones del Gobierno sociocomunista, de tintes bolivarianos y retales de la extrema izquierda más dañina y degenerada. Bien es verdad que no pienso lo mismo de otras instituciones democráticas que se han bajado el tanga hasta los tobillos y se han puesto mirando a Cuenca una y otra vez.
Con un presidente ‘Narciso’, como Pedro ‘Plagio’, pasan estas cosas y muchas otras que la Judicatura debe desgranar, aclarar y condenar. España no se merece un presidente que mienta a diario y en todos los temas, ni que cambie de opinión cada dos por tres, ni que mande a sus ministros a trapichear y ocultar delincuentes dictatoriales al aeropuerto y, mucho menos, que ordene cargas brutales contra los agricultores –como si fueran sus enemigos declarados-- mientras con el vandalismo del independentismo catalán se acobarda, encoge y acude armado al hospital. No sé si ese es el camino hacia la degeneración democrática, pero cada vez estoy más convencido de ello.
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