El juez Llarena a  los pies de…Puigdemont

 
Ahora resulta que el Magistrado que instruyó el proceso contra los independentistas catalanes   es un prevaricador  y el ex presidente  catalán es una víctima de la justicia y de los que la practican, jueces y fiscales, presuntos delincuentes. El Gobierno de España debería apoyar sin fisuras el Orden Judicial con autoridad y sin rubor y no con la frase si pero no.Francia, Alemania, Reino nunca permitirían ninguna injerencia. Mal está este país si se permite que los delincuentes insulten y pongan en entredicho la justicia y paises que nos tienen tirria instruyan causas contra nuestros jueces. Eso no lo permitirían ni Francia ni el Reino Unido ni nadie con dos dedos de frente.
Si señores, amigos míos, eso es lo que está diciendo el Gobierno hasta ahora, mejor dicho la Ministra de Justicia, Delgado, con la actuación, silencios cómplices, que está realizando en relación a la no defensa del juez Llarena. En cualquier país democrático que se precie sería un insulto, una barbaridad, que otro país se inmiscuya, ponga en tela de juicio, su imparcialidad, su capacidad jurídica, significaría una llamada al embajador para consultas. Aquí se ponen las mejillas que hagan falta. Pues aquí es lo que se está haciendo  el Gobierno y su Ministra de Justicia. ¿Y por qué se actúa así? Fácil. Porque este proceso judicial con todas las garantías instruido impide llegar a acuerdos con los independentistas catalanes que quieren la independencia de Cataluña si o sí, sin diálogos ni concesiones.
Indignante, esto solamente puede pasar en España. Me imagino que rápidamente la señora Ministra si tiene dos dedos de frente rectificará de forma inmediata y hará como merece una defensa total y absoluta de este magistrado. Y si hay que juzgarlo que sean nuestros jueces y no los jueces belgas. No necesitamos más letras para decir que es una burrada la actuación de la señora Ministra de Justicia que no está actuando como tal.
 
Nota.- Una vez publicado este art parece que el Gobierno Sánchez va a defender nuestro orden jurisdiccional. No vendría mal una llamada al embajador para que explique a qué se dedica un país presuntamente aliado como Bélgica.