¡Cataluña dejó de existir. ¡ ©Mariano Cabrero Bárcena es escritor
Con cierta tristeza, y desde el pasado uno de octubre (año 2017), ¡Cataluña dejó de existir!, simbólicamente hablando. Dicho de otro modo: da la sensación de que existen dos cataluñas, dos mundos simbólicos, dos mundos sentimentales, dos mundos afectivos?
Con cierta tristeza, y desde el pasado uno de octubre (año 2017), ¡Cataluña dejó de existir!, simbólicamente hablando. Dicho de otro modo: da la sensación de que existen dos Cataluñas, dos mundos simbólicos, dos mundos sentimentales, dos mundos afectivos Distantes y ajenos entre sí, que comparten un mismo espacio físico llamado España, la España de los españoles. Este pobre político expatriado-de motu proprio en Bélgica- aún no sabe lo que ha hecho-estoy hablando de señor Puigdemont: Es un personaje en busca de autor, el bueno de Puigdemont.
Me viene a la memoria una carta dirigida por Joseph Tarradellas a Federico Jiménez Losantos, tras el atentado perpetrado contra éste, en la que se puede leer: "La cuestión lingüística y la solidaridad con los demás pueblos de España son los dos problemas fundamentales que si no se enfocan justamente van a producir situaciones difíciles, corriendo el peligro de que se destruya nuestra convivencia para siempre". Respeto y entiendo, señor Puigdemont que poseía la "llave maestra" para la gobernabilidad de Cataluña dentro de la Nación española (insisto en lo de España, aunque no esté de moda hablar de ella y nombrarla), que piense como nacionalista catalán, pero todos esperábamos que cumpliese como español.
No pida usted "el oro y el moro"-ya tiene su Estatuto para su autonomía. Que ya es grande por sí misma, y acuérdese de las comunidades más pobres, donde hay que garantizar servicios mínimos, lo que no se ha hecho hasta a la fecha: dígame que hacemos con las comunidades con habitantes más jóvenes que reclaman servicios de educación, viviendas al alcance de sus bolsillos, trabajos Y por último explíqueme que soluciones se darán a las autonomías más envejecidas que requieren mayor asistencia sanitaria.
Tercera cita con las urnas en lo que va de año. Al final, ganaron los menos malos en Cataluña, Comunidad Autómata. Fueron 13, no obstante, los que se dejó ERC, la gran perdedora del 12M. Una formación que ya arrastraba una tendencia electoral decreciente y que corona un ciclo para olvidar en el que también perdió más de 300.000 votos en las municipales y hasta seis escaños en las generales.
Los politólogos Harvard Rabushka y Kenneth Shepsle-advirtieron en 1972-: "que cuando un territorio es infectado por el virus identitario siempre se produce el mismo resultado: la sociedad se divide en dos bloques irreconciliables, imponiéndose cada vez las facciones más extremas".
Recordemos que esto ha pasado en Canadá, Bélgica, el Ulster, EE.UU., Alemania, Francia y por supuesto en Cataluña y de rebote en España. El camino que va desde Tarradellas hasta Silvia Orriols (Alianza Catalana) confirma la tesis de Rabushka y Shepsle.
Han ganado Illa y Pedro Sánchez y Feijóo para defender que es mejor fiarse de Alejandro Fernández, un blandengue, que de Cayetana y Ayuso.
La victoria en cuestión del socialista Salvador Illa no le garantiza convertirse en presidente de la Generalitat. El ejecutivo posible sería un tripartito en el que además del PSC (Partido Socialista de Cataluña), participe ERC y los Comunes. Entre los tres alcanzan los 68 diputados que da la mayoría absoluta. La misma cifra que lograría Illa con un improbable apoyo de PP y Vos. El problema para Illa es que, tras su dimisión, Pere Aragonés comentó que ERC pasará a la oposición.
Tras sus catastróficos resultados, que suponen la pérdida de 13 escaños, ERC tiene la llave para la formación de Gobierno. La conclusión más relevante de lo sucedido en domingo en Cataluña es: el triunfo inapelable de Salvador Illa enterró el procés. Una segunda conclusión no menos transcendente: nueva política de normalización y recambio de Pedro Sánchez (ahora y no se retirará al rincón de pensar), que ha cosechado un éxito sin discusión. La estrategia de reconducir la cuestión catalana por vías políticas, en vez del recurso exclusivo y el uso abusivo de los tribunales?
La apuesta por la desinformación y el dialogo, los indultos y la amnistía, no segó ni abonó la planta independentista, sino que la desarboló por completo. Si Sánchez lo hizo sólo por necesidad, ciertamente la necesidad se transformó en virtud.
Todas estas circunstancias aludidas anteriormente son la demostración palpable de que el nacionalismo que solo sirve para extorsionar al Estado español, tiene los días contados. Exacerba los sentimientos de amor al resto de los españoles, menos en el País Vasco.
El PP ha multiplicado por cinco sus votos en el escenario más difícil, sin que Vox haya bajado sus números. Algo se está moviendo, y el que no lo desee ver así es que tiene los ojos cerrados. Es un síntoma que el PSC, el PP y Vox suman en Cataluña, sí, en Cataluña 68 diputados, la cifra que le da la mayoría absoluta. Esta unión sería maravillosa para el bien de España y de los españoles
La Coruña, 19 de mayo de 2024
©Mariano Cabrero Bárcena es escritor
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