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Opinión 19-12-2020 07:00

Belmonte, un ejemplo a seguir (I), por Pedro Arce Díez

Belmonte es de esos pueblos que te dejan agradablemente sorprendido por su belleza, sencillas callejuelas, su gente y su paisaje. Belmonte es de esos lugares que te hace soñar despierto

 

A veces cuando visito algunos de nuestros pueblos, no puedo dejar de pensar en uno que visité ya hace unos años y que me dejó agradablemente sorprendido al visitarle, disfrutando de sus sencillas callejuelas, de sus gentes, de su paisaje, de sus museos….

Y me estoy refiriendo a Belmonte, que es una villa portuguesa, capital del municipio de su mismo nombre, que se encuentra  en el distrito de Castelo Branco, región del Centro y subregión de Cova da Beira, que tiene unos 3.200 habitantes; muy bien comunicado con sus centros urbanos próximos como Guarda, Covilhá o Castelo Branco; el valle está recorrido por el zigzagueante y aún poco caudaloso río Zêzere.

Hay vestigios de la Edad del Bronce y los romanos establecieron en este lugar el Centum Cellas o antigua quinta romana; también quedan aún las ruinas de la Quinta Fórnea. El lugar recibió del Rey Don Sancho I su fuero en 1199 y en este lugar se asentó un numeroso grupo de judíos expulsados por los Reyes Católicos en 1492… Y en este lugar nació a finales del siglo XV, Pedro Álvarez Cabral,  navegante portugués conocido por haber descubierto Brasil en el año 1500.

 

 

La vida continuó en este lugar durante siglos, con sus habitantes dedicados a las tareas agrícola-pastoriles y con un caserío apiñado en lo alto de la colina.

¿Por qué traigo este tema a la palestra?

Pues lo traigo aquí por la transformación que han realizado en las últimas décadas para aprovechar los recursos culturales, cuando la tierra ha ido dejando paso a otras ocupaciones de sus habitantes. Y este podría ser el ejemplo a seguir por alguna de nuestras localidades de Cantabria.

El lugar tiene un castillo, de mediano porte, que ha sido rehabilitado y reacondicionado de forma sencilla, pero práctica. La entrada es libre y gratuita y en el mismo se encuentran algunas dependencias, como la oficina de turismo y tienda de venta de regalos y recuerdos.

Hacia el Suroeste se desparraman las viviendas y las cuidadas y empedradas calles, con interesantes rincones que satisfacen a los muchos visitantes que tiene el lugar y que ha generado algunos negocios de hostelería, venta de regalos, etc. Tuve la ocasión de recorrer toda la villa, de asistir a la Santa Misa del domingo y de gozar de un lugar sencillo y tranquilo…

…Pero lo más importante y por lo que atrae a muchos visitantes es por la existencia de cinco museos ¡Cinco!, que tienen un precio de entrada verdaderamente asequible y de forma especial, si se adquiere el billete para todos ellos.

Y estos museos, recogidos en un sencillo díptico en portugués e inglés (“Viaje por la Memoria del Tiempo”), son los siguientes:

  • La iglesia de Santiago, que es panteón de la familia de los Cabral y que posee objetos de cierto valor, como algunos miliarios romanos, esculturas…

  • Museo Judaico, como expresión de la vida de esta comunidad asentada en el lugar y que conserva interesantes documentos, objetos diversos, etc. La villa cuenta también con una moderna sinagoga.

  • Ecomuseo del Zêzere, que representa todo el valle de este río, con su riqueza paisajística, biológica, cultural, etc.

  • Museo del Aceite, instalado en una vieja almazara que ha estado funcionando hasta finales del siglo XX.

  • Museo del Descubrimiento del Nuevo Mundo, aprovechando la imagen de Álvarez Cabral, y que es un magnífico museo, con diferentes espacios y una tecnología digital que impresiona.

 

Todos los museos tienen el adecuado y agradable personal a su cargo, la venta de interesante merchandising y unas instalaciones muy adecuadas, museísticamente hablando, con un gran sentido práctico.

Cuando visitaba este lugar, mi pensamiento se trasladaba a muchas de nuestras villas y pueblos –Bárcena Mayor, Carmona, Potes, Liérganes, Mazcuerras, etc.-, dónde podría aprovecharse un viejo molino para hacer un pequeño museo de sitio; una antigua imprenta, para hacer un museo de las artes gráficas; una antigua explotación ganadera, para hacer una granja interactiva, que permita a los visitantes conocer la importancia que la agricultura y ganadería tuvo en el pasado en nuestra región….

En fin, que iba soñando despierto y quiero hacer partícipes a todos de estos sueños y de estas ideas, que espero plasmarlas en un próximo artículo en estas mismas páginas….

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