La Viorna |LIÉBANA| un lugar donde ver y sentir magia natural
La estación primaveral aún no ha tocado la fecha del calendario, pero todos nos sentimos vernales. Tras un invierno muy atípico, nos adentramos en la estación de las flores, de los nacimientos… De la vida.
Natalia Magdalena González-Cuevas.-
Cantabria es rica en variedad de paisajes y planes, por eso ahora que las temperaturas, los colores y los días largos acompañan al paseante, propongo un itinerario con todo lo necesario para disfrutar de uno de los miles de rincones impresionantes de mi tierra.
La subida a la Cruz de La Viorna es un ascenso en el que se puede contemplar, desde lo alto, el monasterio de Santo Toribio de Liébana, la ruta de las ermitas, que rodean al cenobio; Potes a vista de pájaro y la estampa siempre imponente del Macizo Oriental de Picos de Europa. Este territorio es rico en fauna y flora, que hay que proteger porque es la riqueza de estos lares. Ungulados salvajes, como el ciervo y jabalí, habitan los bosques; el lobo campea con cautela a sabiendas de que es el enemigo número uno de cientos de aldeanos, pero ícono de la fauna salvaje para otros miles… El buitre, el alimoche o el águila real nos vigilan desde las alturas mientras reinan los cielos del paraíso. Liébana es así, bella tierra con sus gentes y tradiciones de toda la vida, que mima los productos que labran con dedicación las manos hacendosas de muchos ganaderos.
La Viorna es pues un buen lugar para tomar conciencia de lo que alberga la comarca de Liébana. El punto de partida para subir hasta la Cruz, es el pueblo de Maredes (Campollo). Para mí, el mejor momento para subir es al alba, para despertar con la montaña y poder disfrutar de esos minutos de paz y de recogimiento de la fauna. Las estrellas se apagarán y darán paso a los colores tibios del amanecer que irán descubriendo los picos a medida que avanza el nuevo día.
Desde el barrio de Maredes hasta la Cruz hay un paseo muy fácil que se puede descargar en la App Wikiloc (así no hay sustos) --> enlace con track y explicaciones de la historia de la Cruz: https://goo.gl/wJyZiX. Toda ruta por muy corta que sea hay que planificarla y visitar la página del tiempo para no tener una velada desagradable.
En el trayecto hasta la cima puede haber mastines que están cuidando su rebaño (no pasa nada), se transcurre alejado de las ovejas y el mastín no se acercará a nosotros más de 5 metros. Ellos sólo están trabajando para proteger su ganado. No obstante, y para ayudarnos en el trayecto, no está de más llevar un palo de avellano para que nos ayude en nuestros pasos y para sentirnos más protegidos, aunque insisto en que los mastines ladrarán, pero si se respeta la ‘ley del campo’ no pasará nada.
Una vez contemplada la Cruz de unos 12 metros y haber quedado boquiabiertos con el paisaje, se puede ir hacia la izquierda para contemplar el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Muchos peregrinos que hacen el Camino Lebaniego (Patrimonio de la Humanidad) llegan hasta ahí para besar el Lignum Crucis “madera de la Cruz” de Cristo. Desde La Viorna también se pueden avistar perfectamente dos de las ermitas que rodean al monasterio, la Ermita de San Miguel y la Ermita de Santa Catalina, el resto se esconden en la frondosidad del bosque.
Una vez paseados, aireados y llenos de energía natural, toca culminar con un final feliz: cocido lebaniego. A mí, en particular, me encanta bajar a Potes y comer un cocido en el restaurante el Cenador del Capitán. Este sitio ofrece productos lebaniegos y el restaurante es en sí mismo un museo de aperos tradicionales. Para acompañar los manjares recomiendo un vino de la zona, de la bodega Picos de Cabariezo y para terminar un chupito de orujo o un té del puerto.
Al término de tanta gula, la opción estrella es ir hasta Santo Toribio de Liébana y hacer el recorrido de la ruta de las ermitas (está señalizado). En esta época podremos oír el canto fulgoroso de las aves del bosque que están en pleno apogeo preparando la llegada de la nueva generación. Enlace historia de las ermitas: https://goo.gl/4ewfqV.
-El apego a la tierra y a la naturaleza hacen del ser humano merecedor de tal nombramiento: de ser humano-.
Fotos: Natalia Magdalena González-Cuevas
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Comentarios(1):
Veo que eres además de buena conocedora de nuestra tierra una apasionada de ella.un plan muy apetecible y más ahora que llega el buen tiempo.Gracia por animarnos a contar ver nuestra comarca.