La luna de nieve y el aullido del lobo en nuestras montaña
El pasado fin de semana, la luna de nieve trajo consigo el celo del lobo y sus aullidos que algunos pudimos disfrutar desde lo alto de las cumbres. Para lo más literarios, el aullido del lobo es quizá el reclamo de unos territorios que fueron suyos y que hoy recorre con recelo.
El pasado fin de semana, la luna de nieve trajo consigo el celo del lobo y sus aullidos que algunos pudimos disfrutar desde lo alto de las cumbres. Para lo más literarios, el aullido del lobo es quizá el reclamo de unos territorios que fueron suyos y que hoy recorre con recelo. Pero en realidad, en estas fechas es más frecuente escuchar la voz del cánido porque se encuentra en su época de celo, para traer esta próxima primavera a la siguiente generación de fugitivos.
El lobo, el amado y odiado icono de la fauna salvaje que, a pesar de su persecución incesante, continúa poblando nuestras montañas… Un fugitivo astuto y esquivo que permanece siempre huidizo en algunas áreas de nuestra querida Cantabria.
Un depredador depredado siempre por el hombre, pero con un gran poder de adaptación a situaciones adversas. En Cantabria la población se ha recuperado con respecto a la década de los 80, y ahora demuestra que, pese a los intentos por acabar con su especie, continúan colonizando esos territorios que son históricamente suyos.
Para los amantes de este mítico carnívoro, es un regalo para los oídos escucharlo y una lotería verlo campear por la Cordillera Cantábrica.
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