Injusto el ataque a Sánchez por el caso Maduro

La oposición que están haciendo Ciudadanos y Partido Popular contra el presidente del gobierno no solo es injusta sino qué es pueril, simplona y que los ciudadanos no pueden aceptar.

Los ciudadanos ya no admiten políticas de acoso y derribo porque sí.

Si examinamos el caso Venezuela es un asunto internacional que lleva años pudriéndose sin que nadie, ningún país le eche el cierre. No olvidemos que han sido los americanos, como casi siempre sucede, los que han dicho a Maduro que esto no puede seguir así, que su tiempo se agotó, como lo hicieron no hace tanto con la crisis de los Bancales. Recuerden estos países europeos chillones ahora: Francia, Alemania...incluido España, que mientras los europeos vivíamos en nuestro estado de bienestar sin intervenir para parar las matanzas y genocidios de la antigua Yugoslavia,  a una hora de nuestras casas, fueron los americanos, los odiosos americanos para algunos, los que pararon las salvajes matanzas y las llamadas limpiezas étnicas delante de nuestras narices.

Sánchez ha hecho lo que tenía que hacer porque nosotros no somos una potencia para ser abanderados de nada. Nos hemos unido a los demás países europeos, y todos juntos a la primera potencia que es Estados Unidos, para decir un ¡basta ya!

Sánchez ha hecho lo que tenía que hacer en sus tiempos y en forma, el ataque de la oposición no tiene ninguna justificación. Cuando criticamos a Sánchez por otros motivos (caso catalán , inmigración etc) y principalmente porque tenía que convocar elecciones, ya que así lo prometió al llegar a la presidencia gracias a una moción de censura, lo hacemos con convencimiento  y razón pero lo que no podemos hacer, ni consentir, ni admitir es que cuando el presidente del gobierno español actúa bien vayamos a criticarlo solo por el hecho de criticar. Así no señores de la oposición, guarden sus energías y utilicen la crítica racional porque los ciudadanos pensamos por nosotros mismos y no nos dejamos llevar por griteríos sin fundamento, ataquen a quién haya que atacar, pero no cuando no hay motivos porque hay que saber mirar más allá de las siglas caínistas.