El acusado de abusar de su hijastra lo niega: "Eso es una aberración total, algo contra natura"
La víctima se reafirma en la denuncia: "Me tocaba las tetas y la vagina"
El acusado de abusar sexualmente de su hijastra ha negado este miércoles los hechos en el juicio contra él, en el que ha asegurado que "nunca" le hizo caricias o dio besos en la boca y que "jamás" le realizó tocamientos, en la zona del pecho o la vagina, ni siquiera por encima de la ropa.
"Yo eso lo considero una aberración total. Es algo contra natura", ha manifestado el hombre en la vista en la Audiencia Provincial de Cantabria, en la que ha destacado que "consideraba como una hija" a la menor de su entonces pareja, que en el momento de los hechos tenía 15 años.
Mientras, la víctima -que ahora tiene 18 y también veía al procesado "como un padre"- se ha reafirmado en la denuncia y ha justificado el tiempo que pasó desde que fue "consciente de lo que estaba pasando" hasta que la interpuso por tratarse de algo "tan fuerte" y que además "no te esperas de una persona tan apegada a ti", ha apostillado.
De este modo se han expresado ambos ante la Sala de la Sección Tercera de la AP durante el plenario, que ha quedado visto para sentencia después de que las partes hayan elevado a definitivas sus conclusiones provisionales.
Así, la fiscal se ha basado en la "persistencia" de la chica y su relato "creíble" para mantener que el delito continuado de abuso sexual a menor de 16 años por el que pide seis años de prisión al enjuiciado y que indemnice con 6.000 euros por los daños morales a la chica, que ejerce la acusación particular e interesa la misma pena de cárcel y 10.000 euros.
La defensa ha insistido en la libre absolución de su patrocinado al entender que existe un "ánimo espurio" derivado de la "tortuosa relación" de la madre con su hija, que es una persona "vulnerable". Y ha subrayado además que este proceso se ha "desencadenado" por la ruptura de la pareja, extremo que no "aceptó" la mujer.
Su entonces compañero sentimental ha contrapuesto la "buena" relación con la niña con los "problemas" que tenía con su progenitora, con la que tiene otro hijo más pequeño en común, por lo que cree que la mujer se podría haber "inventado" lo denunciado.
Sucedió supuestamente desde principios de verano de 2019 hasta primavera de 2020, en un piso "pequeño" que él se había alquilado tras separarse de ella y en el que acabaron conviviendo de nuevo, pero "única y exclusivamente" por el bien de sus hijos, ha apuntado.
Ha detallado que los menores dormían en una cama en la única habitación de la vivienda y ellos en "un colchón tirado" en el salón, y a preguntas de su letrado ha criticado la relación de ella hacia él y hacia su hija.
Al respecto, ha detallado que el motivo de la ruptura -"tres o cuatro días" antes de la denuncia- fue que la mujer se dedicaba a "vocear" y a "discutir" con la niña, a la que además profería "insultos" y "amenazas" -también a él- y a la que incluso "cortó el pelo" como castigo por suspender o mentir.
DOS DÍAS
La víctima ha relatado que cuando comenzaron los tocamientos seguía manteniendo una "buena relación, como la que venía siendo siempre", con su padrastro.
Recuerda especialmente dos días. El primero, cuando estaban en el sillón del salón y él "por debajo de la camiseta me tocaba las tetas", quedándose "un rato" así, unos "cinco minutos" ha precisado. Transcurrido ese tiempo el hombre le preguntó si le "molestaba" lo que había hecho, a lo que ella respondió que "solo eso no".
Posteriormente, en consulta con una psicóloga, rememoró que un día cuando estaban tumbados en la cama el procesado colocó su cabeza sobre ella y le "olió la vagina", aunque tampoco en ese momento le dio "importancia".
De todos modos, el segundo episodio que más la marcó sucedió una vez que la chica estaba en la cama y se despertó porque el hombre la estaba "tocando la vagina", tras lo cual se movió para que él parara, y como "siguió un poco", entonces ella se apartó "del todo" y se fue al baño. Después, regresó al dormitorio cuando él estaba dormido, a pesar del "miedo" que tenía, porque le pareció "lo más sencillo".
Tuvo lugar el 31 de agosto, porque lo escribió en un mensaje de WhatsApp enviado a un contacto inventado -una supuesta amiga del instituto-, texto en el que ponía que "no lo hacía bien" (tocarle sus partes íntimas) y de lo que dejó constancia porque, según ha dicho, no estaba "segura" de lo que pasaba ni era "consciente de lo que era un abuso".
"De ese momento nunca hemos hablado", ha señalado la joven, que ha indicado que los tocamientos continuaron "hasta el día que lo denunciamos", ella y su madre. "Ha sido en tantos momentos...", ha expresado, después de apuntar que le hacía "de todo".
En los interrogatorios ha reconocido que por entonces consumía pornografía, y también que en una ocasión se inventó que un primo suyo le había dado un beso en una romería o que tiene mucha "imaginación" y "escribe historias".
Su madre ha testificado que pensó que algo podría estar sucediendo una vez que entró en la habitación estando los niños en la cama con el hombre, que retiró el brazo -lo tenía por debajo del edredón sobre el cuerpo de la víctima, como si la estuviera "masturbando"-. Lo apartó con un movimiento "brusco y cortado", dejándolo "en medio".
Se "extrañó" porque no fue un movimiento "normal" y al preguntar qué pasaba él contestó "de manera defensiva". Al día siguiente, la niña le confesó los tocamientos.
Se trata del único acto que presenció esta testigo, que ha negado que la denuncia se presentara días después de que él la dijera que se iba a separar. "Eso es una mentira que se inventa él", ha zanjado.
CREDIBILIDAD
Finalmente, el psicólogo y la trabajadora social que examinaron a la víctima concluyeron en su informe que el testimonio presentaba 14 criterios de veracidad sobre un total de 19, proporción que "no es compatible" con "fabulaciones, fantasías o influencias de terceras personas".
Pero una psicóloga propuesta por la defensa ha señalado que se trata de una prueba subjetiva, que refleja un testimonio "creíble" pero que "puede que no sea cierto". También ha aportado estudio "objetivo" de personalidad al acusado que muestra que tiene un perfil "sano", que "entra dentro de la normalidad".
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