Noticias de Cantabria
10-12-2017 18:30

Sin sensatez no habrá estado de bienestar

Hasta hace pocas fechas quienes defendíamos en los medios de comunicación la política de CIUDADANOS éramos blanco de incomprensión, chanzas y argumentos jactanciosos. Lo más llamativo de esto es que eran los propios miembros del partido popular o del partido socialista, quienes banalizaban esa política de la que se beneficiaban en sus ámbitos de gobierno; si bien, el tiempo y la realidad han tornado aquellas sonrisitas en rostros de perplejidad.

No les encajaba el hecho de que se facilitara la formación de gobiernos en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, de uno u otro partido mayoritario. Menos aún se entendía la necesidad de permitir la investidura del mismísimo Mariano Rajoy al frente del Estado; era duro apoyarlo, conocidas sus andanzas por la corrupción, pero como decía el maestro de periodistas, Indro Montanelli, cuando él votaba a la Democracia Cristiana, que había que hacerlo aunque fuera tapándose la nariz; y en nuestro caso había un bien superior que eran los españoles lo que obliga a taparse la nariz.

La defensa de nuestra posición era compleja, pues en alguna medida resultaba ininteligible para muchos ciudadanos que habían asumido e interiorizado que, o gobernaba uno o lo hacía el otro, por lo que esta novedad de que alguien les apoyara indistintamente tras ciertas exigencias de gobierno, era muy raro. Aquella forma dicotómica de la política tiene su origen en ese bipartidismo que ha debilitado hasta tal extremo nuestra democracia que no se entendía una política responsable y sensata que mirara el interés de los ciudadanos por encima de los del propio partido. Lo primero es el bienestar de todos antes que el reparto de sillones. En verdad esta actitud tenía toda la pinta de ser un suicidio político.

Afortunadamente la ciudadanía entiende ya la necesidad de romper el bloque granítico del bipartidismo y encumbrar una nueva política de acuerdos, solidaria y juiciosa que permita nuevas formas de hacer política. Política de CIUDADANOS que comienza a calar como una suave y fina lluvia.

Está claro que una sociedad habituada a unas concepciones y costumbres arraigadas durante 40 años no cambia de la noche a la mañana, las nuevas costumbres o formas de entender o hacer las cosas no fagocitan lo antiguo, van superponiéndose paulatinamente y terminarán triunfando con la aceptación de todos. Es pues natural que al PP y al PSOE, se les atragante la política de CIUDADANOS, pues ellos, se han movido en las cálidas aguas de mayorías absolutas, y cuando no las tenían echaban mano de codiciosos apoyos, ignorando deliberada e intencionadamente, que por esas cálidas aguas merodean tiburones, que en la política española ese “voraz honor” lo desempeñan los nacionalistas, dispuestos a ir engullendo y desmembrando poco a poco a España, hasta su ruina.

Esa es la esencia del problema actual, solucionable con una política basada en el acuerdo en la negociación y en la responsabilidad; poniendo al ciudadano en el centro del debate, del pacto, atendiendo los intereses de la clase media y trabajadora que ha sufrido y sufre la pérdida de poder adquisitivo de sus salarios y pensiones por la necedad y extravagancia de sus gobernantes, que ve como le hurtan el Estado de Bienestar y como es expulsado de un Edén al que ellos y generaciones anteriores contribuyeron a crear, tras una vida de esfuerzo, trabajo y sacrificio.

Seriedad, sensatez e igualdad de los españoles por encima de atávicos y medievales fueros o históricos territorios. Y no al consenso, me incomoda esta palabra, de tan engañoso resultado, pues ha sido un instrumento perverso de denegación del ciudadano, de indiferencia hacia él, siempre que han consensuado unos perdíamos derechos y otros se los embolsaban, o en el mejor de los casos, éramos el botín del reparto entre esos piratas.

Necesitamos políticas de Estado, menos reformas constitucionales y más cumplir la Constitución que rectamente aplicada tendrá larga vida y nada de buscar acomodos a los independentismos que sólo han traído desigualdad y quiebra de la convivencia entre los españoles.

 

José López Martínez

 

Secretario de Organización de Ciudadanos en Cantabria

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