Noticias de Cantabria
08-06-2011 13:00

Prevención de la osteoporosis

El facultativo médico especialista, allá por los años sesenta del siglo pasado, sólo disponía de calcitonina, administrada vía inyectable, una hormona secretada por la glándula tiroides, tanto en animales como en humanos.

Una de las cuatro enfermedades crónicas que se denominan silenciosas se llama Osteoporosis, sin signos de alarma, con repercusiones severas hasta que aparece el dolor, motivo de consulta, debido a microfracturas, su complicación mayor, que no dejan de avanzar, como antesala del marasmo vital, llegando al internamiento y a la cirugía.


Los objetivos, en la prevención para la osteoporosis, además de fomentar el ejercicio físico de mantenimiento y recomendar una dieta equilibrada, en un organismo que asimila menos y peor, es necesaria la ayuda con una medicación que controle este dolor, asociado a la enfermedad, y que detenga la pérdida ósea.
El facultativo médico especialista, allá por los años sesenta del siglo pasado, sólo disponía de calcitonina, administrada vía inyectable, una hormona secretada por la glándula tiroides, tanto en animales como en humanos. La calcitonina de salmón es la que más está comercializada por ser superior en potencia y efectividad a la humana, que consiste en retardar la pérdida ósea, reducir las fracturas y aliviar el dolor óseo. Más tarde se comercializó la administración vía nasal, más cómoda y fácil.


En los años ochenta del siglo pasado aparecieron sucesivas generaciones de bifosfonatos hasta llegar a los actuales, tales como alendronato, ibandronato, pamidronato, risedronato, zoledronato, etc., medicamentos sintéticos con gran afinidad por el calcio, desiguales en su efectividad y variables en la dosis administrada, desde la diaria a la anual, pasando por la semanal y mensual, destacando que no se relacionan muy bien con los derivados de la leche. La Administración de Alimentos y Medicamentos americana (F.D.A.), recomienda que, aun siendo los más utilizados, y de primera elección, y considerando que el beneficio es mayor que el riesgo, deben estar alerta ante cualquier síntoma inusual y patológico como: dolor músculo-esquelético; fibrilación auricular; cáncer esofágico; osteonecrosis mandibular; fracturas de fémur atípicas.


Hace un lustro que se administra en inyección subcutánea y diaria Parathormona, con efectos terapéuticos espectaculares y un tratamiento limitado a 24 meses, en tanto que para el resto de los medicamentos la duración mínima varía entre 5 y 10 años.
Por esta misma época aparece el Ranelato de Estroncio, diaria y oral, único agente que posee un mecanismo de acción dual, que reequilibra el remodelado óseo, que reduce la resorción ósea, desencadenando un aumento de la resistencia y flexibilidad ósea, con mayor protección frente a las fracturas.


Por último, los EE.UU., Europa y Australia han aprobado un fármaco que ha mostrado eficacia a 6 años, que posee un mecanismo muy fisiológico, más aún que el de los bifosfonatos, con una administración muy cómoda: una inyección subcutánea semestral, pero la Agencia Española del Medicamento aún no ha dado el visto bueno.
Ninguno de estos productos está sometido a visado ni a inspección médica, ni está contemplado en la lista de especialidades farmacéuticas de especial control.
Especial atención merecen ciertos fármacos, tipo glitazonas, utilizados para tratar la Diabetes tipo 2, que incrementan fracturas óseas en un 43 %.


Para que toda prevención tenga un resultado óptimo es imprescindible que se cumpla la dosis indicada. Este cumplimiento podría reducir sustancialmente el riesgo de fractura en un 25%-50%, así como los costos en salud, cuya responsabilidad del abandono recae en el círculo: Especialista, Paciente, Atención Primaria, con beneficios clínicos subóptimos cuando el paciente tiende a perder apego al no ver resultados favorables inmediatos, añadiendo que un medicamento administrado en dosis anual mejora la continuidad en mayor medida que la mensual, a su vez mejor que la semanal, comparada con la dosis diaria, sea cual sea la vía de administración elegida.


La farmacovigilancia en la evolución de la prevención, recae primero en la radiografía simple y en segundo término en la densitometría ósea. Ésta última, infrautilizada, porque sólo utiliza el tercio superior de un sólo fémur y las cuatro primeras vértebras lumbares en proyección anteroposterior, cuando lo ideal sería disponer de modelos para: cuerpo entero, columna vertebral anteroposterior y lateral, cadera, antebrazo, calcáneo, dedos de la mano.


La prevención y terapia de la Osteoporosis es tan compleja que, difícilmente un profesional puede resolver sus dudas consultando la ficha técnica, guía, prospecto, vademécum, etc. para decidir ante una persona multiriesgo, salvo el Facultativo Médico Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología, que mejor domina, por su familiaridad, tanto el hueso sano como el enfermo, con su formación continuada (comunicaciones, congresos, cursos, jornadas, mesas redondas, ponencias, reuniones, seminarios, symposia), implicado totalmente para que esta pandemia no derive únicamente en el tratamiento médico-quirúrgico de las secuelas.

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