Precisión, por favor.
No es tanto que se haya jugado al despiste, sabiendo que las deudas de Cajas de Ahorro y bancos medianos no eran asumibles para el Tesoro, como que los ciudadanos necesitamos saber con precisión el coste que va a suponer esta "salvación" europea.
No hace ni una semana que Rajoy declaró contundente que no habría rescate para España, y el viernes la vicepresidenta jugaba al "ni que si, ni que no". Pero el informe sobre la situación de la banca, que el Fondo Monetario Internacional adelantó a la madrugada de ayer, se vio como el pistoletazo de salida para que este país engrose el pelotón de los torpes.
No es tanto que se haya jugado al despiste, sabiendo que las deudas de Cajas de Ahorro y bancos medianos no eran asumibles para el Tesoro, como que los ciudadanos necesitamos saber con precisión el coste que va a suponer esta "salvación" europea.
Una vez más, como en el doloroso tema de los imparables recortes en el estado del bienestar, hay que dejar claro que los españoles no son menores de edad a los que se engaña sobre el amargor de una medicina. La sensación de desmentido permanente, de que nos quieren dar el pego cambiando el nombre de las cosas (ajustes por recortes) no solo contribuye a la indignación general, si no que tiene sumido al personal en la fatalidad.
De nada valen proclamas de que los castigos de hoy serán bonanza mañana. El Gobierno no solo ha perdido la credibilidad de los mercados, ya casi no quedan españoles que confíen en sus promesas de "esto no va a pasar". Porque todo lo que niegan, sucede.
Ahora el peliagudo asunto es saber que significa el rescate bancario. Como y quien lo va a pagar. Quien nos va a vigilar y a quien alcanza la vigilancia. Que merma de soberanía supone un rescate a las entidades financieras. Para aclarar estas dudas no será suficiente con que comparezca el diputado de la comisión del FROB que fue fulminantemente apartado de la misma por su clarividencia al anunciar un inminente rescate y quitarle importancia. No.
Tendrá que ser el propio Rajoy, que preside la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, y que el otro día reclamó airado "¡pregúntenmelo a mí!", el que explique las condiciones y exigencias que plantean los socios para ofrecer generosamente tanto dinero. Por ejemplo, esa novedad de que se va a "ensanchar" las bases de IVA (un impuesto que no se iba a subir) ¿Es el primer paso para un nuevo desmentido? ¿Es una condición, una exigencia para el rescate? ¿La subida del IVA va a contribuir a que los bancos saneen sus quebrados balances?
También tienen que explicar que han hablado Rajoy y Rubalcaba, con una frecuencia inusual, estos últimos días. El Gobierno parece tener el apoyo del PSOE ante Europa pero ¿para qué?
A mayor secretismo, mayor temor, mayor desconfianza y mayor hastío. El descrédito de la clase política no puede caer más bajo. El primer populista que aparezca se llevará los votos como Hamelin con su flauta se llevó a los niños que no estaban informados.
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