Noticias de Cantabria
09-02-2014 07:21

PEPE EL DE LA CAVADA

Hace muchos años que conozco a Don José Martínez Rodríguez, más conocido como Pepe el de La Cavada; Pepe Martínez o Pepe el de La Cavada, nació en Heras (Medio Cudeyo) un 16 de noviembre de 1928; hijo y hermano de maestros, ha mamado desde pequeño la profesión docente y ha pasado casi toda su vida profesional en La Cavada, ...

 

Hace muchos años que conozco a Don José Martínez Rodríguez, más conocido como Pepe el de La Cavada; Pepe Martínez o Pepe el de La Cavada, nació en Heras (Medio Cudeyo) un 16 de noviembre de 1928; hijo y hermano de maestros, ha mamado desde pequeño la profesión docente y ha pasado casi toda su vida profesional en La Cavada, dónde permaneció cuarenta y cinco años, incluyendo el proceso de la primera concentración escolar, de cuyo Colegio Público “Leopoldo y Josefa del Valle” fue Director.

Con una familia docente como la suya, no es nada extraño que siguiese los pasos paternos y se hiciera Maestro; tuvo, además, el honor de ejercer en sus primeros años (Cursos 1954-55 y 1955-56) en el Colegio “Canda Landáburu”, dónde había una maestra y directora como Aurora Gutiérrez Galante, con la que aprendió mucho, no sólo en lo docente, sino también en lo humano. Allí convivió con padres y alumnos de Las Casucas y allí tuvo ocasión de ver la cruda realidad de una zona deprimida, pero muy digna. Hoy, muchos de esos alumnos aún le recuerdan con cariño, a pesar de que han pasado casi sesenta años.

Y no ha olvidado nuestro protagonista esos dos cursos que ejerció en La Albericia, en un centro que estaba rodeado por unas “casucas”, muy humildes, con un pequeño huerto, con una bombilluca que sólo alumbraba por la noche y dónde habían sido alojadas las familias más sencillas que habían visto como el pavoroso incendio de Santander de 1941 se había llevado su hogar y todo lo que poseían.

…Y con todo este bagaje académico, profesional y personal, llegó a La Cavada, comenzando a ejercer en aquella escuela unitaria, dónde trabajó hasta lo indecible, hasta el punto de que en la “orla” de la primera promoción de Medicina de la Universidad de Cantabria, un grupo significativo de alumnos eran de La Cavada; y presume, no sin orgullo, que en La Cavada, probablemente existe la mayor proporción de titulados de toda la región.

Cuando en los años setenta se comenzó el proceso de concentraciones escolares, como consecuencia de la Ley General de Educación de 1970, en La Cavada se puso en funcionamiento la primera de toda la región, con transporte y comedor, para atender a todos los niños de la zona del municipio de Riotuerto. Y durante muchos años, fue el Director del nuevo centro “Leopoldo y Josefa del Valle”, que hacía honor y justicia a dos importantes benefactores del lugar.

Pepe también dio rienda suelta a su vocación política, pues ha sido durante ¡cuatro décadas! Alcalde de Riotuerto, periodo de tiempo que pocos en España han podido superar. También ha sido Diputado Regional durante varias legislaturas, exactamente dos décadas, y ha ejercido el cargo de Vicepresidente Primero de la Mesa del Parlamento de Cantabria. Además ha sido, durante ocho años, Director Regional de Deportes del Gobierno de Cantabria.

Su trayectoria profesional se ha visto premiada con la Cruz de Alfonso X el Sabio y la Encomienda de Isabel la Católica.

Pepe formó parte de esos maestros, de estirpe y vocación, que trabajaron denodadamente y en condiciones que hoy nos parecerían tercermundistas (clases no muy grandes, sin servicios higiénicos, con más de medio centenar de alumnos de todas las edades, poco material,…) y con un sueldo que a algunos no les llegaba ni para pagar la pensión de dónde se quedaron; pero la ilusión y la vocación pudo más que las adversidades. Y también se encontraron a unos alumnos y a unos padres motivados y deseosos de aprovechar las enseñanzas, conscientes de que la educación iba a ser la palanca del progreso y muchos padres decían que “su deseo era que su hijo tuviera una mejor educación que la que ellos recibieron”. ¡Y muchos lo consiguieron!. Y ello a pesar de que a veces iban a la escuela después de haber ayudado a sus padres en las tareas agroganaderas o lo hacían después de salir de clase. Y esa generación, con la que yo mismo me identifico, fue la que “construyó” la moderna España de progreso y bienestar que disfrutamos actualmente, pese a la crisis.

Hoy vive jubilado de todos sus quehaceres, observando la realidad humana, social y política que le rodea, no sin preocupación,  y rodeado de sus hijos y nietos, de quienes disfruta, probablemente mucho más que de sus hijos (Tuvo la enorme suerte de tener una esposa que se ocupaba paciente y diligentemente de las cuestiones domésticas, además de calentar las cazuelucas que muchos alumnos llevaban para comer al mediodía), pues cuando eran pequeños estaba embebido en múltiples responsabilidades y ocupaciones.

Sé el primero en comentar