Opción identitaria o social.
Patxi López ha decidido acabar con la incertidumbre de su gobierno en solitario y adelanta las elecciones vascas. Con una izquierda abertzale cada vez más crecida e inmersa en plena campaña de lograr beneficios penitenciarios para los presos etarras, las encuestas dan ganador al nacionalismo.
Urkullu se ve ya de vuelta a la lehendakaritza y la clave es saber cuánto va a necesitar de Bildu y compañía para poder gobernar. El experimento vivido estos cuatro años por la sociedad vasca, con un presidente no nacionalista no ha ido mal en el terreno social, de las libertades, del empleo y del crecimiento económico.
Euskadi es uno de los territorios donde menos se esta sintiendo los rigores de la crisis. Los catalanes dirán que es merced al Concierto, pero la buena gestión publica también tiene mucho que ver en esta materia.
La sanidad vasca sigue siendo la que era, una de las mejores, y los recortes no han llegado a los hospitales públicos ni a la educación gratuita.
En este clima y con el resto de España sumida en lo peor de la crisis, al borde del segundo rescate, los vascos acuden a las urnas y tendrán que optar entre las opciones identitarias o la defensa de su estado del bienestar.
El crecimiento de la opción abertzale, que los expertos prevén puede superar en votos a PSOE y al PP y acercarse a los del PNV, no tendría en cuenta la cuestionable gestión que desde el Ayuntamiento de Donostia y la Diputación de Guipúzcoa ha hecho Bildu. Incapaz de resolver los problemas del día a día, sus dirigentes se han apuntado a cuantos actos folklóricos se han celebrado, al margen de sumarse a homenajes varios al mundo de ETA.
La ultima "genialidad" ha sido suprimir las corridas de toros de las fiestas de San Sebastián alegando sufrimiento y maltrato animal. El argumento, cargado de lógica en cualquier otro rincón de la geografía, tiene aquí, y con ellos, un eco de burla. ¿Desde cuándo a unas siglas que han sido incapaces de condenar el asesinato de seres humanos les duele el sufrimiento animal? ¿Son mas sensibles ante el ganado vacuno que ante la muerte de otro hombre, mujer o niño?
La pregunta es si se puede gobernar desde esa carga ideológica que obnubila la razón. Desde el independentismo que Bildu reivindica nunca se debería haber aceptado que el Estado pagara con fondos del resto de los españoles el tren de alta velocidad que va a conectar Euskadi con las otras comunidades autónomas. Ni que parte de las pensiones de los jubilados vascos se paguen por la trasferencia del Gobierno central.
El fin de la violencia etarra les coloca en una posición cuasi institucional que no saben administrar. Donde la opción ideológica es un "sine qua non" para poder recibir ayudas públicas. En los pueblos donde mandan o eres de los suyos o tienes mas dificultad para acceder a cualquier subvención.
En un momento de crisis global, cuando incluso los gobiernos nacionales han perdido soberanía y capacidad de gestionar sus gastos, pensar que es compatible un nacionalismo de vía estrecha con el progreso y el crecimiento, es engañarse. Todo esto lo tendrán que meditar los ciudadanos vascos antes de acudir a las urnas.
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