Miedo, mentiras y desconcierto
Porque, si no, resultaría difícil de entender que personas capaces, todos y todas ellas universitarias, leídas y viajadas, hayan emprendido esta estúpida carrera por hacer las manifestaciones más absurdas y lamentables.
Con la que está cayendo, las declaraciones de los portavoces del Partido Popular conforman una especie tal de comedia bufa que algunos empezamos a pensar que, en realidad, no es la absurda y pertinaz mentira lo que les guía, sino una clara estulticia nacida de la ofuscación, el desconcierto, la desorientación, la obnubilación, una rara alucinación, en definitiva, que les sitúa en esa difícil órbita en la que se mueven los colgados. No mienten, desvarían. ¡Lo que hace el miedo!
Porque, si no, resultaría difícil de entender que personas capaces, todos y todas ellas universitarias, leídas y viajadas, hayan emprendido esta estúpida carrera por hacer las manifestaciones más absurdas y lamentables.
¿Estaba en sus cabales don Carlos Floriano, Doctor en Derecho y Profesor Titular de Economía Aplicada y Organización de Empresas de la Universidad de Extremadura, cuando dijo lo que dijo sobre el supuesto finiquito del "funcionario" Sepúlveda?
¿Es de recibo que doña Ana Mato, licenciada en Ciencias Políticas y Sociales, profesora tutora de la UNED, y hoy ministra de Sanidad, se indigne ante las sospechas de que, no siendo tonta porque no lo es, supiera algo de los tejemanejes de su marido; unos chanchullos que les reportaron más de medio millón de euros?
Va a tener razón el presidente del Gobierno cuando pide a su gente que no entre en "juegos ni enredos" porque calladitos están más guapos. Sin duda, su estrategia de silencio es, sobre todo, menos ofensiva para con la inteligencia de una ciudadanía a la que algunos están tomando por tonta de remate. Una estrategia de silencio, de ocultación y de "dejar hacer... dejar pasar".
Rajoy lo sabe bien, porque cuando la abandona, como hizo por ejemplo en su intervención en foro económico celebrado por The Economist en Madrid, dice barbaridades dignas de un dictador bananero como la de que "No he cumplido mis promesas electorales pero he cumplido con mi deber" ¡Toma ya!
Si la consigna inicial fue la de negarlo todo, su continuación la de apostillarlo todo con un "no me costa", la siguiente negarlo todo menos alguna cosa..., en los últimos días estamos asistiendo a una especie de acuerdo por crear un paralelismo entre lo que esta pasando y los atentados del 11M. Javier Arenas y González Pons han comenzado esta incomprensible táctica. ¿Por qué, para qué? Difícil saberlo, quizás para granjearse la simpatía de los medios proclives a la teoría de las conspiraciones. Pero flaco favor le hacen a la posible estrategia general del PP en este momento con este paralelismo que sí tiene algo de cierto: la liaron el 11M con sus mentiras y con sus mentiras la están liando ahora.
¿Mentiras u obnubilación y desconcierto? Sin duda, miedo. No hay más que echarle un vistazo a la rueda de prensa del señor Hernando, portavoz del PP en el Congreso, del martes 19. Un auténtico ejercicio de ofuscación en el que la mayoría de periodistas si se sintieron desconcertados y muy posiblemente hartos de vergüenza ajena. No se, no se, no se...
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