Los liberados vuelven al tajo
La presidenta madrileña hace tiempo que echó un pulso a los sindicatos y lo ganó, pero se quedó corta. Ahora ese pulso se extiende a otras autonomías. En Castilla y León, 292 liberados sindicales empezarán a volver al trabajo a partir del 1 de marzo. Bien es verdad que la medida llega tarde; debió aplicarse hace dos años y para 780 liberados.
Siguen siendo excesivos para la labor que hacen. Algunos pasan a limpio por la tarde el descanso que tienen por la mañana.
La Junta de Castilla y León empieza a copiar de Esperanza Aguirre. No es mala comunidad para copiar y la prueba es que es la mejor colocada en cuestión de déficit. Sin temor de ningún tipo, Aguirre puede sacar la bandera de la buena gestión, así como de la mejor y más eficaz inversión. Ahí están los datos, muy por encima del resto de comunidades.
La presidenta madrileña hace tiempo que echó un pulso a los sindicatos y lo ganó, pero se quedó corta. Ahora ese pulso se extiende a otras autonomías. En Castilla y León, 292 liberados sindicales empezarán a volver al trabajo a partir del 1 de marzo. Bien es verdad que la medida llega tarde; debió aplicarse hace dos años y para 780 liberados.
Si la medida se ha ejecutado ahora es porque la consejera de Hacienda –abrumada por su propia incompetencia—no supo colocar a tiempo 100 millones de euros en el mercado financiero y, además, erró en 175 millones más en los presupuestos de 2011. ¿Resultado? Castilla-León carece de presupuesto a estas alturas de 2012. En una palabra: la comunidad que preside Herrera Campo no tiene consejera de Hacienda sino ‘un cazo picado’. Ya decía Jean Cocteau que “la mejor forma de resolver los problemas es no crearlos”.
De momento, en Castilla y León un 31% de los liberados a tiempo total volverán a su trabajo. Algunos llevan varios lustros liberados, sin dar un palo al agua y escondidos de cometidos laborales. La comunidad va a pasar de 950 liberados a 658. Siguen siendo excesivos para la labor que hacen: su trabajo y nada son parientes del tío nadie. Algunos se han hartado de pasar a limpio por la tarde lo que hacen por la mañana.
Los propios sindicalistas saben que es un abuso su situación. De ahí que se acordara por “unanimidad” su reducción en la Mesa General del Empleado Público. La medida de ahorro, como se la ha considerado, se queda muy corta; Castilla y León no se pueden permitir este tipo de abusos sin sentido de los que solo se ahorra apenas 14 millones de euros. Y decimos que casi no supone ahorro porque, si se compara con el descenso de ingresos autonómicos y estatales, entonces casi no llega a la categoría de ‘chocolate del loro’.
Lo peor del recorte de liberados tiene doble vertiente: por un lado, son muy pocos los que se recortan y, además, se hace de forma gradual. Y por otro lado, el acuerdo alcanzado entre la Junta y los dirigentes sindicales es reversible. Sí, sí, la Junta está dispuesta a volver a liberar a todo un ‘batallón’ de gente cuando la economía de la comunidad supere el 2,5% durante dos trimestres consecutivos. ¿Han leído mayor insensatez? ¡Pues ahí la tienen, tiesa y firmada la obra!
Estos políticos de comunidades de vía lenta van de temeridad en temeridad. No se les caen los anillos ante las barbaridades que firman ni ante los acuerdos que adoptan, pero son incapaces de ver los atropellos que cometen.
Deberían reflexionar y darse cuenta que los recortes han llegado por su ineficacia, su inseguridad, su comodidad y la falta de realidad en que se mueven. Por cierto, nadie entiende que sea reversible el acuerdo con los liberados sindicales y, sin embargo, no lo sean las tropelías que han cometidos con los sueldos de los trabajadores públicos. Como decía el otro: “quien me escribió que me lea”.
Jesús Salamanca Alonso
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