Los amigos de Blesa.
Miguel Blesa, el preso más efímero de Soto del Real, siempre tuvo un "amigo del alma" que le ascendió a la gloria, al prestigio social y a una sólida fortuna: José María Aznar.
Miguel Blesa, el preso más efímero de Soto del Real, siempre tuvo un "amigo del alma" que le ascendió a la gloria, al prestigio social y a una sólida fortuna: José María Aznar.
Curiosamente ahora, en sus horas bajas, le ha salido un defensor inesperado y vehemente, el sindicato Comisiones Obreras. El secretario de la sección de Banca no oculta su estupor por lo que considera una "demasiado drástica" decisión del juez Elpidio José Silva. Es más, CCOO considera que la compra de la entidad estadounidense era una acción "estratégica que venía avalada por informes externos".
Para que el lector comprenda el contrasentido de un sindicato de clase defendiendo a un banquero y cuestionando una decisión judicial, conviene explicar que el dirigente de Comisiones Obreras, Francisco Baquero, formaba parte del Consejo de Administración de Caja Madrid, cuando se tomó la "aberrante"( según el juez) decisión. Que, como queda certificado por las actas de la reunión, no hubo ningún informe de expertos ajenos a la entidad y que el representante sindical valoró la adquisición del City National Bank of Florida de "muy importante" aunque pidió un doble chequeo para mayor tranquilidad y se plegó a la exigencia de Blesa de unanimidad para este tipo de acuerdos.
¿Teme CCOO salir salpicada de este feo asunto si al final se demuestra, como mantiene la acusación, que se cobraron sustanciosas comisiones por una operación que costó a Caja Madrid la perdida de quinientos millones de euros? Algo de esto debe haber cuando ha puesto las barbas a remojar y, en lugar de salir a la calle a defender los intereses de los que fueron estafados por las preferentes, se suma a la defensa del banquero.
Blesa hizo, gracias a su paso por Caja Madrid, más amigos de postín. Como el presidente de la CEOE a quien concedió un préstamo sin garantías que la entidad también ha perdido. En su breve estanca carcelaria no sabemos si ha tenido tiempo de pasar a saludar a Díaz Ferrán, el beneficiario del préstamo.
También hizo amistad con Fernando Martin, presidente de Martinsa y protagonista de una de las mayores quiebras de los últimos años. El también recibió la ayuda generosa de Miguel Blesa en perjuicio de Caja Madrid. La lista sería interminable y pone en evidencia como una casta de apellidos ilustres, con buenas relaciones con el PP, que se citaban en el palco del Real Madrid, se dedicaron a especular y a jugar a grandes empresarios con el dinero de una Caja pública.
Todos estos banqueros de pacotilla que disparaban con pólvora ajena son los responsables de que el sistema financiero público haya tenido que ser rescatado por Bruselas. Esta deuda, que nos hace estar bajo estricta vigilancia de la troika, se va a pagar con los impuestos de todos los españoles. A nadie le ha parecido extraño que Miguel Blesa tardara menos de ocho horas en reunir los dos millones quinientos mil euros de la fianza. Hay que tener amigos hasta en el infierno. Desde Aznar a los sindicatos.
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