Noticias de Cantabria
25-05-2012 10:40

La urbanidad...

Cuando algunos transitábamos por las aulas escolares y éramos niños y adolescentes, hace ya la friolera de medio siglo, existían algunos libros a modo de guía de urbanidad y buenas maneras.

¡Y lo que era más importante! Todos respetábamos a nuestros mayores, a las demás personas, al maestro, al cura, dejábamos el asiento a una persona mayor, procurábamos no molestar y si eso ocurría, nos disculpábamos enseguida. Ya sé que a muchos “progres” esto les parecerá “demodé”, algo antiguo, propio de otros tiempos no democráticos…. 

 

…Pero sería curioso volver sobre ello, aunque sea en las reflexiones que hago en este artículo; después, cada uno sacará sus propias conclusiones. 

 

Paseaba yo hace unos días por la Alameda santanderina, cuando me encuentro con Manolo, un amigo mío que también es gran paseante, sobre todo ahora que está en el paro. Y nos dio por comentar aspectos de la mala educación que pulula en estos tiempos; y en estos comentarios estábamos cuando vemos pasar un ciclista a toda máquina, sorteando los viandantes y asustando a algunas señoras que no esperaban ver pasar a un ciclista a la velocidad del “Tour”; y mi buen amigo me decía: ¿Y no se puede hacer nada para evitar este riesgo?. 

 

Parece que cuando llegó la Transición y entramos en un régimen democrático, muchos pensaron que todos éramos iguales, que el respeto a las personas mayores no debía exteriorizarse en el tratamiento, ni en nada, que ya no estaba de moda pedir disculpas si molestábamos en la calle, que debíamos tratar a todos de tu, fuera el cura, el maestro o el guardia municipal,… 

 

Y hemos llegado tan lejos que, esa misma tarde, seguí reflexionando sobre el tema. ¿Saben por qué?. Me subo al autobús público y observo un joven, probablemente sin haber alcanzado aún la mayoría de edad, que está sentado en una de esas zonas que tienen cuatro asientos; el, lógicamente, está sentado en uno de ellos, y tiene sus botas apoyándolas en el asiento de enfrente y, lógicamente, nadie le decimos nada, ni nadie osa sentarse a su lado. 

 

Voy después a un acto cultural -¡sí, sí, cultural!- y mientras esperamos el inicio del mismo, observo a una persona, ya adulto pues era un caballero, que está apoyado sobre la pared y con una pierna flexionada, apoya la suela de su zapato en esa misma pared. ¡Y esto no suele ser infrecuente!; lo he visto muchas otras veces. 

 

Por todas estas cosas que están sucediendo a nuestro alrededor, por la falta de educación que con demasiada frecuencia vemos en las calles, en los centros educativos, en las propias familias, etc., creo que debiéramos meditar seriamente sobre esta cuestión y, cada uno en el ámbito de su influencia, intentar corregirlo. 

 

Algunas personas dicen que los jóvenes son así; pues siento decirles que en nuestra cercana Europa, la mayoría de las personas y los jóvenes suelen ser muy educados en las formas, suelen pedir disculpas, suelen dejar la cola o el asiento a las personas mayores, suelen portarse de forma más educada y cívica. 

 

¡Quizás tengamos que volver a releer algunos de estos viejos libros de Urbanidad!. Al menos, merecería la pena que a nuestros jóvenes les digamos cómo comportarse en casa, en la mesa, en el autobús, paseando por la ciudad, al coger el ascensor,… 

 

 

 

Pie de foto: Una imagen de la cubierta de un libro que se titula “Cartilla Moderna de Urbanidad (Niñas)” (También existe otra similar para niños), que es una reedición facsímil de la original, publicada en 1929, en Barcelona.

 

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Comentarios(2):

Jesús Salamanca - 24-05-2012

Hace un año más o menos de lo que voy a contar: un grupo de adolescentes (7 u 8) estaban en el autobús pasándoselo en grande y a su aire, haciendo uso obsceno de tacos y retacos de muy mal gusto, sin darse cuenta que molestaban a los demás viajeros. No había ningún asiento vacío. En una de las paradas sube una mujer embarazada y, el conductor, al ver que nadie se levantaba dijo: "Por favor, ¿pueden dejar un asiento libre para la señora". Sí se levantaron dos hombres de mediana edad (entre 40 y 50 años, más o menos). Lo llamativo de la cuestión es que, mientras eso sucedía, una voz adolescente de mujer que formaba parte de ese grupo de `descerebrados` al que hacía referencia al principio gritó: "¡Quien se la tiró que le deje el asiento!". El silencio era sepulcral en ese momento pero nadie intervino, excepto el conductor: ¡"Qué mal educadas son algunas!" Mientras tanto, la jovencita se escondía en el grupo sin rechistar. Todo lo narrado sucedió en Valladolid y el grupo de jóvenes gritones pertenecían a un afamado centro privado de enseñanza de Pucela. Acudían a clase....supongo que a formarse y prepararse para el futuro. Querido Pedro: como ves cuecen habas en todas partes. Está demasiado extendida la mala educación y alguien tiene que hacer propósito de enmienda para correr a gorrazos a este tipo de `animalitos` imberbes e imberbas, como diría Bibi Aído y toda esa colección que hace uso habitual del "todos y todas". Un fuerte abrazo y mi reconocimiento a tus enseñanzas. Jesús

¿ educacuón? - 21-05-2012

Si que tiene razón, la mala educación está por doquier.Sin ir mas lejos ,ademas de lo comentado por usted ,el tema del tu por tu alla donde vayas y tengas la edad que tengas.Mismamente un camarero el otro día se acerca a un señor mayor y le pregunta__que te pongo__, solo el escucharlo me hace daño al oido , como si fuera el coleguilla de juergas.Y ojo que si vas a algun sitio y tratas al dependiente o al funcionario o a quien sea de usted resulta que eres altivo y distante.En fin que vamos de mal en peor