Noticias de Cantabria
21-03-2010 09:00

La Presidencia española y la PESD: es hora de tomarse en serio la capacidad de la Unión para la planificación y la dirección de las operaciones militares (ARI)

Tema: Este ARI examina la naturaleza de la capacidad para la planificación y la dirección de las operaciones militares de la UE y ofrece algunas recomendaciones prácticas para su mejora.[1]

Resumen: La inexistencia de un Cuartel General Operacional se traduce en un sistema de planificación y dirección (mando y control) de las operaciones militares de la UE inflexible e ineficaz. Por un lado, las deliberaciones político-estratégicas en torno al potencial lanzamiento de misiones PESD (Política Europea de Seguridad y Defensa) carecen de información clave respecto a la naturaleza de la posible operación (número de tropas necesario, duración y coste de la posible operación, etc). En segundo lugar, la inexistencia de un cuartel general operacional dificulta la capacidad de respuesta rápida de la UE ante situaciones de emergencia, uno de los principales objetivos estratégicos militares de la UE según el Objetivo Global 2010. Finalmente, la inexistencia de una infraestructura permanente para la planificación y la dirección operacional afecta negativamente la seguridad de los Sistemas de Comunicación e Información militar de la UE y niega a la Unión la visión de conjunto que un Cuartel General Operacional proporciona.

Análisis: La Presidencia española de la UE ha propuesto la designación del actual Centro de operaciones existente en Bruselas (una célula durmiente) como el “Cuartel General preferido” para las operaciones que incluyan el uso de los Grupos de Combate. Dicha propuesta resulta prometedora, siempre y cuando vaya acompañada de un incremento de unos 50 oficiales en el personal permanente del actual Centro de Operaciones. Tal incremento ayudaría a resolver las actuales deficiencias existentes en el campo de la planificación militar anticipada, así como la falta de flexibilidad en la planificación y dirección de las operaciones militares PESD.

La primera parte de esta ARI describe el proceso de planificación y conducta (mando y control) de las operaciones militares de la PESD. La segunda parte explora la relación entre la naturaleza de la capacidad para la planificación y dirección de las operaciones PESD y las preferencias políticas de “los tres grandes” (el Reino Unido, Francia y Alemania). La tercera y última parte ofrece algunas recomendaciones prácticas sobre cómo la Presidencia española de la UE puede contribuir a la mejora de la capacidad de planificación y conducta militar de la UE.

La capacidad para la planificación y dirección de las operaciones militares de la PESD
Según el Concepto de la UE para la Planificación Militar al nivel Político-Estratégico, “la planificación militar es un proceso que analiza todos los factores relevantes para determinar la misión militar. Al nivel político-estratégico incluye un análisis de la implicación de los objetivos políticos de la misión, sus objetivos finales, restricciones e impedimentos, así como un análisis de las capacidades necesarias, de cara a desarrollar las posibles opciones militares que contemplen las capacidades ofrecidas o potencialmente disponibles”.

La planificación militar comprende cuatro niveles:

Nivel político y estratégico (nivel institucional de la UE).
Nivel estratégico-militar (nivel del cuartel general de operaciones).
Nivel  operativo (nivel del cuartel operacional en el teatro de operaciones).
Nivel táctico (nivel de los cuarteles sectoriales y subordinados).[2]
Es importante distinguir la planificación anticipada de la planificación de crisis. La planificación anticipada trata crisis potenciales. Hay dos tipos de planificación anticipada:

La planificación genérica, que comprende la elaboración de documentos básicos de planificación para posibles operaciones futuras en las que algunos de los factores de la planificación no han sido plenamente identificados o asumidos. Es de una naturaleza general.

La planificación de contingencia, que comprende la elaboración de planes detallados para potenciales operaciones donde todos los factores de planificación han sido identificados o asumidos. Incluye referencias concretas a las capacidades necesarias para llevar a cabo la operación así como opciones para el despliegue. La planificación de contingencia suele ser el punto de partida para la planificación de crisis.

La planificación de crisis hace frente a crisis reales. Se apoya en proyectos de planificación anticipada siempre y cuando estén disponibles.[3]

El primer paso en el proceso de planificación de crisis de la UE es la identificación de una crisis, que corresponde al Centro de Situación, ubicado en el Secretariado General del Consejo de la UE.

Una vez el Consejo ha acordado una respuesta militar ante una crisis dada, el secretario general/alto representante tiene la opción de lanzar una misión exploratoria integrada por expertos civiles y militares. Tras la fase de exploración, el Concepto de Gestión de Crisis define los objetivos políticos, estratégicos y político-militares de la operación, la estrategia de salida, restricciones e impedimentos, riesgos, consideraciones respecto a la duración de la operación, las tareas operacionales y las cadenas de mando. El Concepto de Gestión de Crisis ofrece la base para la Acción Conjunta, que a su vez proporciona el marco legal para la operación. La Dirección General Octava (DGE 8), en el Secretariado General del Consejo, es responsable de la elaboración del Concepto de Gestión de Crisis para las operaciones militares de la PESD.

Basándose en el contenido del Concepto de Gestión de Crisis, el Estado Mayor Militar de la UE debe presentar las distintas Opciones Militares Estratégicas, a saber, acciones militares “diseñadas para alcanzar los objetivos contenidos en el Concepto de Gestión de Crisis”. Una Opción Militar Estratégica perfila el curso de la acción militar, así como los recursos necesarios y las posibles limitaciones.[4] Una vez que las Opciones Militares Estratégicas han sido presentadas el Comité militar de la UE debe ordenarlas prioritariamente para la posterior elección final por parte del Comité de Política y Seguridad.

Una vez que la Opción Militar Estratégica preferida ha sido elegida le corresponde al Estado Mayor de la UE presentar una Directiva Militar Iniciadora, la cual debe contener los objetivos político militares de la operación así como las tareas militares precisas para la consecución de dichos objetivos.[5] La Directiva Militar Iniciadora determina la cadena de mando, que incluye la designación del Cuartel General Operacional y del comandante de la Operación. La Directiva Militar Iniciadora marca los parámetros generales que deben orientar al comandante de la Operación a la hora de elaborar el Concepto Operacional, el Informe Provisional de Requerimientos, el Plan Operacional, las Reglas de Compromiso, la consecución del Objetivo Final y la Estrategia de Salida.[6]

La Directiva Militar Iniciadora constituye la base de un amplio paquete de transición (que el Estado Mayor Militar de la UE envía al Cuartel General Operacional, y que también incluye el envío de personal). A través de la Directiva Militar Iniciadora y varios emisarios, el Estado Mayor Militar de la UE garantiza la continuidad entre los objetivos político-estratégicos de la operación y el Plan Operacional. No obstante, es el Cuartel General Operacional y, concretamente, el comandante de la Operación el responsable último de la confección del Concepto de Operaciones y del Plan Operacional. Una vez acabada la fase de planificación, es también el Cuartel General Operacional el que, bajo la autoridad del comandante de la Operación, ostenta el mando y el control de la operación y debe asegurar que la misma se desarrolla de acuerdo con lo contenido en el Plan Operacional.

Solamente un Cuartel General Operacional posee el suficiente conocimiento específico necesario para la planificación operacional. En tanto que la UE carece de un Cuartel General Operacional permanente, dispone de tres vías alternativas para adquirir dicha capacidad de forma ad-hoc:

Los acuerdos de Berlín Plus, firmados en 2003, ofrecen a la UE la “presunción de disponibilidad” de los activos de la OTAN para las operaciones militares PESD. Concretamente, la UE puede disponer del Cuartel General Operacional de la OTAN para la planificación operacional y la dirección. Queda reservado a la OTAN el derecho final a confirmar el arriendo de sus capacidades de planificación y dirección a la UE.
A través del sistema “Marco Nación”, el Reino Unido (Northwood), Francia (Mont Valérien), Alemania (Potsdam), Grecia (Larissa) e Italia (Roma), ofrecen sus respectivos Cuarteles Generales Operacionales para las operaciones militares PESD. Una “Nación Marco” debe asegurar que su Cuartel General Operacional está aclimatado para la incorporación de personal proveniente de otros Estados miembros de la Unión.

El Centro de Operaciones, ubicado en la Célula Civil-Militar del Estado Mayor Militar de la UE en Bruselas puede, en caso de que así lo decida el Consejo, ser activado para la planificación y la dirección de las operaciones militares PESD.

A pesar de su carácter aparentemente “técnico”, la evolución de la capacidad para la planificación y la dirección de las operaciones militares de la UE es una cuestión de gran calado político. Concretamente, las preferencias del Reino Unido, Francia y Alemania (los “tres grandes”) son particularmente responsables de la lenta evolución en la capacidad de planificación y dirección militar de la Unión.

La vertiente política de la planificación y la conducta militar: el tango es cosa de tres
Francia es el principal abogado de la creación de un Cuartel General Operacional permanente y autónomo. Para Paris, hay una clara correlación causal entre el concepto de autonomía estratégica europea (profundamente arraigado entre los franceses) y la existencia de un Cuartel General Operacional Permanente capaz de ofrecer planificación anticipada y una infraestructura permanente de mando y control.

El Reino Unido, por su parte, es el principal obstáculo a la existencia de un Cuartel General Operacional Europeo. Londres todavía ve la PESD como un medio para fortalecer la OTAN, y quiere evitar la duplicidad de estructuras ya existentes en el marco de la Alianza Atlántica (que dispone de su proprio Cuartel General Operacional). Si bien la PESD es una herramienta efectiva para la mejora de las capacidades militares europeas, para el Reino Unido dichas capacidades no deben necesariamente utilizarse en el marco político de la UE.

Si bien guardando un perfil público más bajo que franceses o británicos, quizá menos ruidosa, el papel de Alemania en el ámbito del debate sobre la capacidad de planificación y dirección de operaciones militares de la UE es determinante. Resaltando la importancia de la dimensión “no militar” de la seguridad, Alemania aboga por que la UE consolide el perfil de “potencia civil” que ella misma abandera. Berlín, para quién el instrumento militar es prácticamente superfluo, aboga por concentrar los esfuerzos de la UE en el ámbito de la planificación y la dirección, en cómo mejorar la coordinación entre lo civil y lo militar.

La “extraña pareja” anglo-alemana es especialmente responsable de la lenta evolución en la capacidad europea para la planificación y dirección de las operaciones militares. Recurriendo a distintos métodos (la oposición en el caso del Reino Unido, la ambigüedad en el caso de Alemania) y empujados por distintas causas (el “atlantismo” del primero, la noción de “potencia civil” de la segunda), el comportamiento de estos dos países explica la ausencia de un Cuartel General Operacional Europeo, tan ansiado por Paris. Tanto Londres como Berlín abogan por el concepto de “planificación civil-militar”. Si los alemanes lo hacen por pura convicción política, para los británicos este es un modo de entorpecer la consolidación de un instrumento militar europeo autónomo de la OTAN.

En el intervalo de tiempo entre el Consejo Europeo de Colonia (junio de 1999) y el de Niza (diciembre de 2000), las primeras deliberaciones referentes al marco institucional de la PESD se centraron en la naturaleza del futuro Estado Mayor Militar de la UE. Dicho debate escenificó las primeras diferencias en torno a la cuestión de la capacidad de la UE para la planificación y la dirección de las operaciones militares. Según un ex miembro del Comité Militar de la UE, “hubo entonces consenso entre todos los socios respecto a la necesidad de crear algo como el Estado Mayor Militar de la UE, con el fin de asistir a las instituciones políticas a la hora de planificar una operación”.[7] Los desacuerdos llegaron a la hora de determinar la forma y naturaleza de “ese algo”. Para Francia, la creación de un Cuartel General Operacional capaz de realizar planificación anticipada y ofrecer una cadena de control y mando permanente era imprescindible. El Reino Unido, por su parte, abogó por crear un pequeño secretariado internacional que asistiese al Consejo en la planificación estratégica de posibles operaciones militares, pero sin capacidad para realizar planificación operacional, ni mucho menos la dirección. Para Londres era imprescindible evitar la duplicidad de capacidades ya existentes en el marco de la OTAN (un Cuartel General Operacional). Los alemanes apoyaron la posición británica y, en consecuencia, el nuevo Estado Mayor Militar de la UE restringiría sus actividades al aviso y evaluación de crisis y la asistencia a las instituciones políticas en la fase político-estratégica de la planificación de crisis. El Estado Mayor Militar de la UE no tendría capacidad para la planificación, el mando o el control operacional.[8]

Las opciones “Berlín Plus” y “Marco Nación” fueron diseñadas para compensar la ausencia de capacidad de planificación, mando y control operacional. Los franceses entendieron el esquema “Marco Nación” como una solución transitoria, justificada por la urgencia de dotar al instrumento militar europeo de capacidad de planificación y dirección operacional. El Reino Unido, por su parte, mostró gran interés en la conclusión de los acuerdos “Berlín Plus”, a través de los cuales la Unión podría apoyarse en el Cuartel General Operacional de la OTAN para la planificación y dirección de las operaciones militares PESD. Para británicos y alemanes, la disponibilidad de la OTAN y el sistema “Marco Nación” harían innecesaria la creación de un Cuartel General Operacional permanente en Bruselas.

La primera re-estructuración de la capacidad de planificación, control y mando operacional se produjo con ocasión de la publicación, en junio de 2004, por parte del Consejo del llamado Objetivo Global 2010. El Objetivo Global 2010 establece como principios básicos del instrumento militar de la UE la “reacción rápida” y la necesidad de mejorar la coordinación “civil-militar”. En el marco del Objetivo Global 2010, el Consejo estableció la Célula Civil-Militar dentro del Estado Mayor Militar de la UE. Dicha célula estaría encargada de “reforzar el Cuartel General Operacional nacional designado para dirigir una operación autónoma de la UE, ayudar en la planificación y dirección de operaciones civiles y asegurar la capacidad para generar una capacidad de planificación y dirección operacional propia, siempre y cuando el Consejo así lo decida unánimemente”.[9] Dentro de la Célula Civil-Militar, el Centro de Operaciones (una sala dotada de una infraestructura de sistemas de comunicación e información y un núcleo permanente de cinco oficiales) constituye un embrión de un Cuartel General Operacional, que puede ser activado para la planificación y la dirección de una operación militar PESD en caso de que el Consejo así lo estime. En caso de ser activado, el Centro de Operaciones sería poblado por decenas de oficiales nacionales (los llamados augmentees) que contribuirían a la planificación y la dirección operacional.

La creación de la Célula Civil-Militar y del Centro de Operaciones ofrecen un ejemplo elocuente de hasta qué punto los vaivenes políticos en el seno del Consejo condicionan la evolución de la capacidad de planificación y dirección de la Unión. En este caso, la necesidad de rebajar las tensiones surgidas en torno al conflicto de Irak creó un contexto político favorable al progreso en el ámbito de la planificación y conducta militar. Particularmente notorio fue el hecho de que la oscilación de Alemania hacia la posición francesa en la Cumbre de Tervuren en abril de 2003 facilitó un proceso de negociación política destinado a mejorar la capacidad de planificación y dirección militar. Meses después, un compromiso tripartito entre Francia, el Reino Unido y Alemania en diciembre de 2003 en Berlín abrió el camino para la creación de la Célula Civil-Militar y el Centro de Operaciones. En palabras de un oficial del Ministerio de Defensa francés:

“En Tervuren convencimos al canciller alemán de la necesidad de crear un Cuartel General Operacional permanente, pero no conseguimos convencer a la cúpula militar alemana. Además, para los británicos la idea de un Cuartel General Operacional permanente en Bruselas seguía siendo inaceptable. Tuvimos una larga discusión a tres bandas y el resultado fue un mal compromiso”.[10]

Los retrasos en la fase de planificación de la operación EUFOR DRC (lanzada en la República Democrática del Congo en 2006) dieron lugar al llamado “proceso post Wiesbaden” a mediados de 2007, cuyo objetivo era precisamente remediar las deficiencias en el sistema de planificación de la UE, puestas de manifiesto por la operación EUFOR DRC. El “proceso post Wiesbaden” dio lugar a una segunda re-estructuración en el sistema de planificación de la UE, que incluyó la creación de una nueva división dentro del Estado Mayor de la UE dedicada exclusivamente a la planificación avanzada (la llamada rama Militar para la Valoración de la Planificación). En concordancia con la valoración francesa, la Presidencia alemana de la UE estimó que los fallos experimentados por EUFOR DRC en materia de planificación ponían en cuestión el actual formato del sistema de planificación de la UE. Con el objetivo de proponer mejoras al respecto promovieron el “proceso post Wiesbaden”. Pero mientras que para los franceses los retrasos en materia de planificación experimentados por la operación EUFOR DRC evidenciaban una vez más la necesidad de crear un Cuartel General Operacional Europeo, los alemanes coincidieron con los británicos en su diagnóstico final: el “proceso post Wiesbaden” debía centrarse en mejorar la fase estratégica de la planificación, y no la operacional. Aunque modesta, la creación de la rama Militar para la Valoración de la Planificación ha supuesto una mejora en la capacidad de planificación de la UE, en la medida en que ha abierto la puerta al desarrollo de una capacidad de planificación avanzada.

Dada la actitud positiva de Francia hacia la OTAN y el apoyo explícito de la Administración Bush a la PESD desde 2007, la Presidencia francesa de la UE en el segundo semestre de 2008 levantó una serie de expectativas sobre la posibilidad de crear finalmente un Cuartel General Operacional Europeo. A pesar de que la crisis financiera, la guerra de Georgia y el rechazo irlandés en referéndum al tratado de Lisboa consumieron buena parte de las energías de la Presidencia francesa de la Unión, fue la continua oposición del Reino Unido al concepto de un Cuartel General Operacional Europeo lo que realmente desbarató la agenda de la presidencia francesa en materia de la PESD. En lugar de crear un Cuartel General Operacional, una iniciativa franco-británica de noviembre de 2008 ha dado lugar a la llamada Dirección para la Planificación y la Gestión de Crisis (CMPD en sus siglas en inglés). Aunque muchos de los detalles concernientes a su organización todavía permanecen confusos, la nueva Dirección para la Planificación y la Gestión de Crisis reunirá en un solo departamento todas las capacidades estratégicas de planificación de la UE, hasta ahora dispersas en la estructura del Consejo (Dirección General 8, Dirección General 9, célula militar, etc.) a través de la estructura del Consejo (DGE 8, DGE 9 y partes de la célula cívico-militar). La nueva dirección será capaz de ofrecer una planificación exhaustiva de las misiones PESD al nivel estratégico, y será responsable de elaborar el Concepto de la Gestión de Crisis.

La naturaleza de la capacidad de la Unión para la planificación y dirección de las operaciones militares ha sido una de las cuestiones más espinosas de la PESD desde su creación a finales de los años 90. Los principales Estados miembros de la Unión han proyectado sus respectivas visiones acerca del potencial de la UE en materia de política exterior y de seguridad (el nivel de autonomía deseado con respecto a la OTAN/EEUU así como el equilibrio adecuado entre el instrumento civil y el militar) sobre la cuestión especifica de la planificación y dirección. La “extraña pareja” germano-británica ha sido especialmente responsable del modesto desarrollo de la capacidad de planificación y dirección operacional de la Unión, y más concretamente, de la ausencia de un Cuartel General Operacional Europeo. En tres ocasiones (a finales de 2003, a mediados de 2007 y a finales de 2008) han propuesto los franceses formalmente la creación de un Cuartel General Operacional Europeo. En tres ocasiones se han topado con la explícita oposición británica y la “ambigüedad destructiva” alemana. Si bien los compromisos entre los tres grandes han llevado a ciertas mejoras en el ámbito de la planificación y la dirección de las operaciones militares PESD, éstas han sido considerablemente modestas. La ausencia de un Cuartel General Operacional dificulta sustancialmente la actuación de la UE en el ámbito de la planificación y la dirección de las operaciones militares PESD.

Conclusiones: El actual sistema para la planificación y la dirección de las operaciones militares PESD (apoyado en las vías “Berlín Plus”, “nación cuadro” y centro de operaciones) no cumple los estándares mínimos de calidad. Los principales déficit que resultan del sistema ad-hoc en el que la Unión se apoya para la planificación y la dirección son la falta de capacidad en materia de planificación avanzada, la ausencia de input operacional en las deliberaciones político-estratégicas que preceden a una operación y la ausencia de una infraestructura de Sistemas de Comunicación e Información permanente y fiable. Según un oficial del Secretariado General del Consejo:

“cuando se debate en Bruselas a nivel político sobre la posibilidad de lanzar una operación militar, los Estados miembros necesitan saber tres cosas: cuántas tropas son necesarias, cuánto dinero hace falta y cuánto tiempo durará la operación. Actualmente no estamos en posición de responder a ninguna de estas tres cuestiones de manera satisfactoria. Ese tipo de respuestas sólo puede darlas un Cuartel General Operacional. Como carecemos de él, intentamos responder a esas preguntas desde el nivel estratégico de una forma instintiva, poco fiable y poco profesional”.[11]

El actual formato ad-hoc acentúa lo que viene a ser una división artificial entre las fases estratégica y operacional de la planificación. Tanto a nivel nacional como en la OTAN, la planificación militar es un proceso inherentemente poroso y flexible. La flexibilidad implica que, por un lado, el input operacional mejora la calidad de la información a nivel político-estratégico. Por otro lado, la implicación del nivel operacional en las deliberaciones político-estratégicas supone un mayor conocimiento de los objetivos políticos durante la planificación operacional y la dirección.

Además de resultar en un sistema de planificación inflexible, la ausencia de un Cuartel General Operacional implica que el Sistema de Información y Comunicación militar de la UE debe activarse de forma ad-hoc (no es permanente). Esto afecta negativamente a la seguridad del Sistema de Información y Comunicación y supone que la UE carece de una visión de conjunto. Según un oficial del Estado Mayor militar de la UE “la ausencia de un Sistema de Informaciones y Comunicaciones permanente es el mayor problema al que nos enfrentamos en el ámbito de la conducta (mando y control) operacional: nuestro actual Sistema de Informaciones y Comunicaciones no satisface las exigencias mínimas de seguridad militar”.[12] Un Cuartel General Operacional solventaría este problema y además aumentaría la visión de conjunto de la UE, en la medida en que le permitiría controlas las distintas misiones y operaciones desde un mismo lugar.

La sugerencia de la Presidencia española de designar el Centro de Operaciones del Estado Mayor de la UE como el cuartel general “preferido” para las operaciones PESD que utilicen los llamados Grupos de Combate[13] supondría una considerable mejora en el sistema de planificación y dirección de la UE, siempre y cuando la medida fuese acompañada por un aumento en el número de personal del núcleo permanente del Centro de Operaciones. Con la actual infraestructura existente en el Centro de Operaciones en materia de Sistemas de Informaciones y Comunicaciones, bastaría un modesto “esqueleto” de unos 50 planificadores militares para paliar las actuales insuficiencias de la UE en materia de planificación avanzada y de cara a mejorar la flexibilidad del proceso de planificación de la UE. También es de capital importancia que el Centro de Operaciones mantenga el principio de autonomía militar: mientras que la gestión de crisis modernas requiere la cooperación entre medios civiles y militares, la integración de ambos debe ocurrir al nivel político-estratégico (por ejemplo, en el seno de la nueva Dirección para la Planificación y la Gestión de Crisis). Al nivel de planificación y dirección operacional la cooperación civil-militar debe producirse mediante coordinación, y no integración, pues la última amenazaría la autonomía del instrumento militar europeo y, en última instancia, el potencial estratégico de la Unión. Acompañada de un aumento de personal del núcleo permanente del Centro de Operaciones, la propuesta española solucionaría varios aspectos de una tacada: (1) no sólo mejoraría las perspectivas de utilizar los Grupos de Combate (teóricamente disponibles desde 2007 y todavía no utilizados); (2) aportaría a la Unión la necesaria flexibilidad en materia de planificación, así como competencia en materia de planificación avanzada, indispensable para reaccionar con rapidez en situaciones de emergencia; y (3) también mejoraría la seguridad y eficacia de los Sistemas de Comunicaciones e Informaciones militares y la visión de conjunto de la Unión. Para España esta es una oportunidad de demostrar sus credenciales europeas en un área significativa.

Luis Simón
Doctorando “Thomas Holloway” en el Royal Holloway College (Universidad de Londres) y becario del programa EFSPS (administrado por el consorcio Compagnia di San Paolo-Wolkswagen Stiftung-Riksbankens Jubileumsfond)


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[1] El presente ARI está basado en el argumento presentado en Luis Simón, ‘Command and Control? Planning for EU Military Operations’, EU ISS Occasional Paper nr 81.
[2] “European Union Concept for Military Planning at the Political and Strategic Level”, Documento del Consejo nº 10687/08, Bruselas, 16/IV/2008.

[3] Ibid.

[4] Ibid.

[5] Ibid.

[6] Ibid.

[7] Entrevista personal con antiguo representante del Comité Militar de la UE en mayo de 2008 (Bruselas).

[8] Ibid.

[9] “European Defence: NATO/EU Consultation, Planning and Operations”, Council Doc .13990/1/04.

[10] Entrevista en el Ministerio de Defensa francés en junio de 2009 (París).

[11] Entrevista del autor con un funcionario del Secretariado General del Consejo en mayo de 2008 en Bruselas.

[12] Entrevista a oficial del Estado Mayor de la UE en mayo de 2009 (Bruselas).

[13] Para la intervención de la ministra española de Defensa Carme Chacón ante el Senado español sobre las prioridades de la Presidencia española de la UE en materia de PESD, véase ttp://www.mde.es/actualidad/intervencion/.

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