Noticias de Cantabria
07-04-2008 11:29

La presidencia del Congreso

El Jefe del Estado, el Presidente del Gobierno y el Presidente del Congreso de los Diputados forman las tres máximas autoridades representativas de España. La presidencia del Congreso ha recaído para esta novena legislatura, por elección de los diputados, en Don José Bono (PSOE).

El que haya sido elegido en segunda votación y con el número mas escaso de los electos hasta ahora no le va a restar autoridad en su mandato.

José Bono tiene una dilatada historia política. De formación académica sólida( fue Profesor de Derecho político en la U. Complutense de Madrid), después se dedicó a la política desde sus inicios en 1978 como diputado por Albacete, para pasar enseguida a la Presidencia de la Autonomía de Castilla-La Mancha desde 1983 a 2004.

En las últimas elecciones a la Secretaria general del PSOE se enfrento a Zapatero perdiendo por 9 votos, los votos de los socialistas catalanes. A pesar de que Bono siempre se ha opuesto a las concesiones de los Gobiernos hacia los nacionalismos periféricos y Zapatero negocia con ellos y les concede “lo que pidan” con tal de conservar el poder , Zapatero lo incluyo en su Gobierno como Ministro de Defensa  en su primera legislatura. Su paso por el Ministerio de Defensa tuvo sus claros y oscuros. La concesión del Consejo de Ministros, siendo el mismo Bono Ministro, de una medalla por su actuación en la retirada de las tropas de Irak en el comienzo de la legislatura, fue un mal comienzo.  En vista del escándalo renuncio a ella con una disculpa de adolescente. 

Después vinieron distintos episodios: El esclarecimiento de las victimas del Yak 42 , que su antecesor no pudo o no supo realizar, el accidente del helicóptero en Afganistan, la venta de fragatas a Venezuela con tecnología de EEUU, la detención de dos militantes del PP en la manifestación de la ATV por supuesta agresión al Ministro ( que no sufrió agresión alguna), y que finalmente se saldó con la detención de dos policías por detención ilegal y falsificación de atestado.

Después vino la destitución del teniente general Mena por manifestar públicamente la preocupación del Ejercito ante la posible aprobación del nuevo Estatuto de Cataluña que, según parece, violenta la Constitución. En abril de 2006 Bono dimite del cargo alegando motivos familiares, que nadie cree, pero que todo el mundo atribuye a serias discrepancias políticas  con el Ejecutivo.

Zapatero convence a Bono de presentarse al cargo que hoy ocupa: Presidente del Congreso de los Diputados. Con ello Zapatero coloca a Bono en una situación política que le “sujeta” a ser árbitro de los debates parlamentarios y a ser “justo”  entendiendo la justicia por “atender a todos por igual, especialmente a las minorías” porque “nadie es mas que nadie”, son palabras del mismo Bono. Ademas podría serle molesto con sus manifestaciones verbales sobre los nacionalismos en un momento en el que posiblemente Zapatero va a tener que conceder lo impensable.

No va a ser tarea fácil compaginar el respeto a la Constitución con las actitudes soberanistas de los nacionalismos. No va a ser fácil respetar tiempos , palabras y razonamientos en los debates parlamentarios.¨No va a ser fácil   escuchar con serenidad la reforma de los todos los Estatutos de todas las Autonomías que, en vista de las prebendas que adquieren las mal llamadas Autonomías históricas, País Vasco, Cataluña y Galicia, no se resignan a ser ni “nacionalidades, ni regiones” como afirma la Constitución, y todas aspiran a ser “naciones sin Estado”, pero “naciones” aunque sean de 300.000 habitantes.

No va a ser fácil abordar unos acuerdos de Estado sobre cuestiones cruciales para España como el terrorismo, la inmigración, la política exterior, el problema del agua, la Educación etc. Todo ello aderezado con una situación económica en franca desaceleración, ahora ya declarada sin tapujos hasta por el Banco de España.

No va a ser fácil que el Presidente del Congreso mantenga una actitud neutra cuando oiga verdaderos despropósitos en boca de Señorías de su mismo partido, promoviendo leyes manifiestamente injustas, que rompen la igualdad de unos y otros españoles en función del territorio.

 Para el Señor Bono no va a ser fácil asistir impávido al previsible desmantelamiento de esta antigua Nación llamada España.

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