22-09-2011 12:34
La calma no llega.
La situación económica de la Unión Europea está tan enfangada que las reuniones y más reuniones que se han celebrado o que se anuncia que se van a celebrar no consiguen apagar el pesimismo.

El mundo se interesa por la marcha futura de la eurozona. China quiere comprar deuda, aunque ya tenga un volumen que podría empezar a preocupar. La realidad es muy dolorosa. Por ejemplo, estos días hemos sabido que España es el cuarto país del mundo más endeudado y que las comunidades autónomas han seguido aumentado su deuda que ya se eleva a 133.000 millones de euros. Muy probablemente, España no pueda cumplir con sus compromisos de cerrar el año con un déficit en torno al 6 por ciento del PIB. Y, lo peor, ningún dato conocido hace pensar que al menos en el corto plazo vayamos a generar recursos suficientes para calmar a los deudores. No se ve desde luego con este gobierno que aprueba más medidas laborales que sin embargo anuncia que piensa cambiar si gana las elecciones del 20-N. O que recupera el impuesto sobre el patrimonio en plan electoralista.
Esta semana vamos a conocer las intenciones del PP, su programa electoral. Vamos a ver si logra dar a los ciudadanos algo más de confianza en que con ellos sí las cosas pueden cambiar. En el PSOE ni Felipe González tiene claro que si ganan los socialistas sepan qué hacer. El panorama es un tanto desolador y ya sólo queda esperar a las elecciones y que su resultado permita abordar las reformas que den confianza a los españoles y a los extranjeros de que hay un futuro que no pasa por estar a las órdenes de Merkel y Sarkozy
Sé el primero en comentar