Inmigrantes sin derechos y pagando
Cuando necesitamos a los inmigrantes como mano de obra barata con la que inflar la maldita burbuja inmobiliaria, o como cuidadores de nuestros ancianos y de nuestros niños, les abrimos las puertas de par en par
El Partido Popular se esta convirtiendo con pasos de gigante en un Tea Party español. Y en alguno de sus postulados, como los exhibidos por el ministro de justicia Ruiz Gallardon, pasando claramente por la derecha a la conservadora formación estadounidense, aunque el antiguo y entonces seudo progresista alcalde de Madrid niegue vehementemente la necesidad de un Tea Party en nuestro país.
El plan de Sanidad de fijar una cuota de 710 euros a los sin papeles por asistencia sanitaria pone un broche a la política de desmantelamiento que el PP esta llevando a cabo sistemáticamente, no solo del estado del bienestar y de un sistema como el sanitario que ha costado muchos años poner en pie con demostrada eficacia y sentido solidario, sino, fundamentalmente, de una concepción ética de las relaciones humanas.
Cuando necesitamos a los inmigrantes como mano de obra barata con la que inflar la maldita burbuja inmobiliaria, o como cuidadores de nuestros ancianos y de nuestros niños, les abrimos las puertas de par en par. Hicimos la vista gorda ante situaciones claras de ilegalidad, aprovechándolos incluso de esas situaciones para comprar mas barato su trabajo. Y hoy, cuando vienen mal dadas, no solo les cerramos las puertas en las narices -cosa que seria comprensible mediante un control mas eficaz de la inmigración- sino que pretendemos dejarles morirse en la calle retirándoles sus tarjetas sanitarias.
Se da la paradoja de que unos inmigrantes, convertidos muchos de ellos en "irregulares" al perder su puesto de trabajo, y que según la vigente Ley de Extranjería deberían ser devueltos a sus países de origen, vuelva a hacerse la vista gorda ante su situación legal pero se les pretenda cobrar una cuota por ser atendidos en la sanidad publica. Sin trabajo y sin "papeles", ¿se han preguntado los responsables del Gobierno de dónde van a sacar el dinero para contribuir en un país que no los admite?
Cuando la policía, en sus múltiples redadas los detenga por carecer de permiso de residencia, ¿les va a pedir también el certificado de estar al día con sus cuotas de la Seguridad Social? En su afán recaudatorio se pretende cobrar, incluso, a aquellos a quienes se niega cualquier derecho.
Hay quien considera que unos de los problemas que esta causando al actual ejecutivo su perdida fulminante de apoyo popular es la falta de claridad en su política de comunicación. No es este el caso. Con esta medida a la ministra Ana Mato se le entiende todo. Debe ser frustrante llegar a ser ministro, con la ilusión que les hace a todos, para deshacer un sistema que pretendió imitar hasta el mismo Obama.
Sentir el desconcierto de que, al aplicar sus firmes convicciones morales de que los derechos solo existen para el que los paga, se va a pasar a la posteridad como la destructora de un sistema moderno, universal, solidario que ha permitido a la población española superar en longevidad a muchas europeas. No existe el fatalismo de que la crisis obliga. Es cuestión de prioridades y respetos.
Sé el primero en comentar