Impresentable felicitación
Producto de la LOGSE, y despreciada por sus propios compañeros del PSOE, dados sus soeces pronunciamientos y mediocridades, ha logrado crispar al sector más culto y educado de esta desconocida España. Hasta los diputados del PP por Palencia han pedido por todos los medios la restitución del jefe provincial de Tráfico,
¡Hace falta ser mediocre y endiosada para hacer lo que hizo! La inculta de ella, atrevida y avinagrada (“facha”, como le llaman los suyos),… Sí, nos referimos a Aurora Cedenilla Díaz. Le nombraron subdirectora para la Formación para la Seguridad Vial, pero perfectamente podían haberla nombrado gerente, jefa o gestora de una barra americana o de un burdel sindicalista. Digan lo que gusten pero no hubiera desentonado. Doy fe
Producto de la LOGSE, y despreciada por sus propios compañeros del PSOE, dados sus soeces pronunciamientos y mediocridades, ha logrado crispar al sector más culto y educado de esta desconocida España. Hasta los diputados del PP por Palencia han pedido por todos los medios la restitución del jefe provincial de Tráfico, Manuel Esteban.
El citado jefe provincial fue forzado a renunciar, después de 50 años de servicio en la Dirección General de Tráfico, por reprochar “el mal gusto” de una superiora en una felicitación navideña. Bien es verdad que no solo se merece ese reproche sino otras cosas, pero en su partido son así; insultan a León de la Riva, alcalde de Valladolid, por decir lo que sienten la mayor parte de los mortales pero no dicen nada de la señora ‘feminazi’, Aurora Cedenilla. Esta señora (lo de señora, lo decimos por respeto y elegancia, algo de lo que ella carece) mezcla la imprudencia con un gramo de locura y así le va.
El relevo del jefe provincial de Tráfico de Palencia se produjo el pasado 1 de febrero. No ha habido otro motivo que el desprecio a una impresentable felicitación navideña, tan impresentable como quien la llevó a cabo. La señora Cedenilla, vulgar política y sociata para más señas, no tuvo otra ocurrencia que enviar por correo electrónico a sus subordinados la felicitación que tan presente ha estado estos días en los medios de comunicación.
Sentirán vergüenza ajena quienes lo lean y no lo conozcan aún. Y por si no era suficiente con la vulgaridad de Cedenilla, les diré que Pere Navarro, el director general de Tráfico, ha mostrado su pleno acuerdo con el cese de Manuel Esteban y con la felicitación de la ‘podrida’ subdirectora de formación. Una ejecuta la maldad y otro aplaude con las orejas. ¿Se puede ser más impresentable y peor persona? Como decía un socialista vallisoletano de alta alcurnia: “si pudieran volar los tontos de mi partido, no nos daría el sol”.
¿Incultos, estúpidos, resentidos…? ¿Cómo consentimos que se pague con dinero público a tanto vándalo del lenguaje y a tantas majaderas desorejadas! Como pueden comprobar, estos hijos de madre de moral distraída son lo que son y no vale darlo más vueltas. En mi pueblo los llaman de otra forma, mucho más clara, pero por respeto a mis alumnos y alumnas que me leen en este medio y/o critican omito el calificativo.
Ya es hora de parar a esta gente de una vez por todas. En un país de prosperidad y progreso sobran bodrios como Leire Pajín, personajes horteras y podridos como la señora Cedenilla, ‘mindundis’ como Aído y fraudulentos personajes como RuGALcaba; pero la falta de formación siempre llevó a cometer atrocidades de tipo diverso en nombre del socialismo más vulgar. ¡Así nos cubre el pelo!
Cada cual es muy libre de pensar cuanto guste pero me ha llamado la atención un comentario recibido sobre la señora Cedenilla. Comentario efectuado por Ignacio Fernández Candela, autor de ‘La afilada navaja de Ockham II’: “Es inadmisible la existencia de estos seres vacíos, surgidos de un inmundo grupúsculo de aprovechados, que dan vergüenza ajena en sus actitudes.
Así se entiende la marcha de este país, además agravada por una encubierta criminalidad de la que cada vez más ciudadanos no son ajenos. Más que chuparle el huevo a esta funcionaria basura, había que extirparlo como a toda la caterva de imbéciles que han desintegrado un país antes en paz y evolucionado”.
Jesús Salamanca Alonso
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