Escandaloso descontrol
Una vez más la Junta de Castilla y León `atraca` al ciudadano medio desde la Universidad de esta comunidad autónoma. Las huestes de Juan Vicente Herrera han llegado al colmo de la descoordinación, el abuso y el descontrol.
Tal afirmación se comprueba al comparar los escandalosos y brutales recortes llevados a cabo en educación y en otras áreas, en tanto que `atracan` con diligencia y desvergüenza al ciudadano medio, a la vez que reducen las ayudas de dependencias y la atención a los más necesitados.
Puestos a poner ejemplos de recortes, no hay más que comprobar la reducción en las nóminas dependientes de la Junta; la supresión de la paga extraordinaria; la supresión de cientos de profesores universitarios; la congelación salarial de los años 2011 y 2012; los recortes de retribuciones en situaciones de baja por incapacidad temporal; la supresión de millares de puestos de trabajo en la docencia y en la sanidad; la reconversión innecesaria de puestos de trabajo para favorecer a sus afiliados; el distanciamiento temporal de la entrega de gastos de funcionamiento de los centros educativos, con lo que incumplen sus propias normas y condicionan el desenvolvimiento normal y diario de los centros. Son solo unos pocos ejemplos del descontrol que, desde fuera, podemos comprobar en la administración autonómica; un descontrol confirmado por el propio funcionariado que lo vive a diario desde el sector de administración.
Fíjense hasta que punto llega ese descontrol y la descoordinación: llegado el 1 de agosto, la Junta de Castilla y León ni siquiera ha liberado fondos a los centros educativos para gastos de funcionamiento; los centros están sin medios económicos desde enero del presente años y hasta sin papel higiénico; sin embargo, el mismo día que se cierra el plazo de matrícula en la Universidad resulta que la Junta cobra el importe de la misma. Lo cobra en agosto, algo que jamás había sucedido; hasta este año se cobraba en octubre pero hay urgencia por ingresar dinero, lo que demuestra que ya son totalmente inviables las comunidades autónomas.
Estamos ante un claro acto de vergüenza y descontrol que nunca imaginamos que pudiera llegar a él un presidente como Herrera Campo. Va a ser cierto lo que decía Hugo Betti respecto a que “el camino que seguimos es, pensándolo bien, el que merecemos”. El error de votar al mentiroso por parte de muchos ciudadanos sale a relucir al día siguiente. La ciudadanía de Castilla y León sufre mientras sus dirigentes cabalgan en carrozas doradas, avanzan de error en error y desprecian a la mano que les da de comer.
No hay más que echar una ojeada a los datos del `céntimo sanitario` en Castilla y León. Se han perdido millones de litros de combustible en beneficio de otras comunidades y se han dejado de ingresar alrededor de 100 millones de euros. Ahora pretenden que lo paguemos los ciudadanos por distintos conductos. Hay políticos que jamás reconocerán sus errores aunque acaben por afectarles a ellos. Recordando a Montserrat Roig está claro que "es un error fatal que la felicidad sea siempre subterránea y la desgracia tan evidente".
Jesús Salamanca Alonso
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