El fondo oculto de Willy Meyer
La izquierda que llaman unida, pero que está desunida y descosida por todas partes, ha decidido prescindir de Willy Meyer para que no prescinda de otros la ciudadanía.
¡Caramba con Willy Meyer! El supuesto líder de Izquierda Unida en el Parlamento europeo no ha tenido más remedio que presentar su dimisión como consecuencia del fondo de pensiones privado, el cual estaba en una Sicav (Sociedad de Inversión del capital Variable) de Luxemburgo. Menos mal que se ha destapado el ‘pastel’, porque de otra forma se hubiera callado como el ratoncito del cuento que se comía el queso y decía a los demás que no debían comerlo porque, a veces, había trampas debajo de él.
No me ha gustado nada la actitud de Meyer. Después de lo visto no puede decir que desea ser “ejemplar”, cuando lleva cuatro o cinco años demostrando que no pretendía serlo. Y que no nos venga con ‘marimorenas’ sobre que no lo sabía, cuando ha tenido que rellenar decenas de papeles y dar su consentimiento. ¡Ya está bien de patrañas, mentiras, abusos y actitudes deshonestas! La dimisión de Meyer es debido al abuso cometido con fondos públicos y por haber predicado lo contrario de lo que estaba haciendo, independientemente de que sea legal y que de esa legalidad estén aprovechándose centenares de eurodiputados españoles.
Es de insensatos decir que “no tenía conocimiento de que el fondo estaba vinculado a una Sicav”. Le han pillado haciendo lo contrario de lo que predicaba y, precisamente, lo predicaba con tal vehemencia que ha faltado tiempo a algunos para levantar la bandera de la incoherencia; incluso en su partido se sabía, pero si cuela pues cuela, pero en esta ocasión están cercanas las elecciones pasadas y también las futuras de 2015. Y eso… pues ya se sabe… muchos tienen miedo a recibir una factura alta en forma de caída de votos, precisamente en un momento muy propicio para que la izquierda radical suba un par de millones de votos o tres. La izquierda que llaman unida, pero que está desunida y descosida por todas partes, hay decidido botar a Willy Meyer para que no salgan botados otros por falta de votos.
Con la dimisión de Meyer no debe acabar el abuso. Han sido ‘desesperados’ de su propio partido quienes han puesto la trampa y la simiente. Meyer lleva diez años inmerso en la ‘sopa boba’ del europarlamento y hay más cuestiones que aclarar. Con el fondo de pensiones tapado ya ha demostrado con qué bueyes aramos los ciudadanos y ya verán cómo su partido le coloca en un puesto de relumbrón, pero tapadito con un buen sueldo. Diez años en el parlamento y cuatro disfrutando del fondo de pensiones con una bajísima tributación fiscal.
También queremos saber cómo han actuado los otros políticos que voluntariamente tienen suscrito ese mismo fondo de pensiones. Y queremos saber si Elenita Valenciano, Cañete y los demás europarlamentarios han renunciado al fondo. De lo contrario, por muy legal que sea, estaremos ante un aprovechamiento personal a costa del dinero público, sin más mérito que presentarse a unas elecciones y con una clara intencionalidad: embolsarse un suculento sueldo cuando se jubilen, mientras miran al erario público por encima del hombro, dada esa baja tributación y la fuerte aportación del parlamento europeo, además de la personal de casi mil quinientos euros. Eso sí, mientras tanto, Europa regatea a los parados y a la juventud el pan y la sal
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