Noticias de Cantabria
27-09-2010 09:00

El 20%

Soy uno de esos españoles sin dinero ni beneficio, soy uno de esos españoles que nunca ha entrado en una oficina del I.N.E.M. Sí, soy español y universitario y sé leer y escribir (ojo, eso último creo hacerlo realmente bien).

Soy de esos tipos que no se molesta en apuntarse al paro y que no cuenta para las estadísticas del Gobierno. Soy también de ésos cuyas opiniones no figuran en ninguna estadística, de ésos que no tendrán jubilación ni han cotizado a la Seguridad Social.

El próximo 29 de septiembre los sindicatos han  convocado una Huelga General. ¿Se trata de una manifestación (como ellos mismos proclaman) contra la Reforma Laboral y las últimas gracias de un Gobierno gracioso? Si, como preveo, los motivos de la huelga no son secundados a nivel social (piquetes aparte), la huelga no sólo servirá al Gobierno para afianzarse en su esquizofrenia política, sino que dejará un  asunto mucho más funesto: la sensación de incertidumbre del ciudadano que se siente y se sentirá abandonado por parte del Gobierno, sindicatos y demás.
¡Bienvenidos al club, amigos míos! Ahora ya somos más del 20% los que nos sentimos desamparados y absolutamente decepcionados con un sistema que no produce más que una lucha mediática sin beneficio alguno para el ciudadano., que no sirve más que para el enriquecimiento de los que controlan la gran fórmula del voto.

Mucho se habla de los que cada mes pasan a engrosar las listas del paro… pero nada se dice de lo que nunca pasaremos a sus listas, a los que ya nada nos importa porque tener fe en ellos se asemeja a esperar que un mono pueda escribir Guerra y Paz.

Ánimo, sindicatos y partidos políticos, juntos estáis consiguiendo precisamente lo que no proponéis: el silencio de la mayoría por el descrédito de unos pocos, la sensación de un sistema corrupto desde la médula autonómica hasta la estupidez política del Gobierno Central.

No, no soy el único que piensa que no hay quién arregle esto, ni soy el único que teme la inminente revolución que no llegará precisamente de los sindicatos, peones de un sistema creado para el beneficio de los que yacen en la cúpula, con cazadora de pana o no, llámense sindicalistas u obreros. ¿Qué importa? Vendidos por el vil metal, siempre gran culpable de la injusticia humana, de la sangre derramada en otras guerras más crueles, igual de injustas.

Diría Braveheart que pueden quitarnos el trabajo, pero nunca podrán quitarnos la dignidad… quizá tuviera razón o tal vez no… porque con trabajos indignos nos laceran cada día, con absurdos mensajes que ya nadie cree, con consignas estúpidas, pasadas de una moda ya de un siglo pretérito, ya de una falsedad comprobada.

Ánimo, amigos míos y huelguistas, dad al Gobierno y a los sindicatos lo que quieren: una falsa farsa que otra vez beneficiará a los mismos poderosos traidores con la democracia, a los mismos indignos nombres que hoy fuerzan las portadas de los diarios, que hoy hieden a podredumbre y miedo y asco.

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Comentarios(1):

Nota - 29-09-2010

¿Qué podemos hacer para mejorar ésto?