02-02-2011 12:18
Día Mundial de los Humedales
Jesús Miguel Oria Díaz.-Bosques y humedales; árboles y agua. Todos ellos forman parte del complejo entramado de relaciones que hacen posible la vida en el planeta. No pensemos en ellos sólo con ocasión de celebraciones como este Día Mundial
Hoy celebramos el Día Mundial de los Humedales. Una jornada en la que en todo el mundo se hace hincapié en la importancia que estos ecosistemas tienen para mantener la biodiversidad y nuestra propia calidad de vida.
La conmemoración tiene este año una especial significación porque coincide con el 40 aniversario del Convenio de Ramsar, un tratado intergubernamental que data de 1971 y que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos mediante acciones locales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, todo ello como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo.
El Convenio de Ramsar ha sido suscrito por 160 países, entre ellos España, lo que ha permitido la designación en todo el planeta de 1.911 humedales de importancia internacional, conocidos como Sitios Ramsar, que suponen una superficie total cercana a los 185 millones de hectáreas. En España contamos con 68 Sitios Ramsar, que suman más de 285.000 hectáreas; entre ellos se encuentra el humedal más importante de Cantabria y de todo el norte de España: las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel.
Pero además de esta celebración anual, 2011 ha sido declarado por Naciones Unidas como el Año Internacional de los Bosques, con el objetivo de llamar la atención sobre la importancia que tienen estos ecosistemas para la vida en el planeta, como sustento de la biodiversidad, claves para los procesos ecológicos, fuente esencial de recursos para las personas y factor estratégico para el desarrollo social y económico.
Esta coincidencia de eventos determina el lema que en todo el mundo preside las celebraciones del Día de los Humedales 2011: "Bosques para agua y humedales". Pero también debe servirnos para reflexionar y tomar conciencia sobre la importancia que tiene la conservación, recuperación y uso sostenible de nuestros bosques como elementos fundamentales en el ciclo del agua, algo que a todos nos han enseñado en la escuela y que convendría que no olvidásemos cuando se queman o se degradan nuestros bosques.
En general, todos los bosques son reguladores del ciclo hidrológico, interceptan la precipitación, facilitan la infiltración en el terreno y la recarga de los acuíferos, desprenden vapor de agua que favorece la formación de nubes y las lluvias, evitan las pérdidas de suelo y reducen la escorrentía, moderando el efecto de lluvias torrenciales. Los bosques de ribera limitan los riesgos de inundaciones, contribuyen a la depuración de las aguas y regulan su temperatura, favoreciendo su calidad.
En buena medida, la conservación de las zonas húmedas depende de la cubierta forestal de la cuenca de captación y una política integral de gestión de la biodiversidad debe abordar el conjunto de elementos que conforman el medio natural, incluyendo por supuesto el papel del hombre como modelador del paisaje.
La lucha contra los incendios forestales, la realización de programas de reforestación, los tratamientos silvícolas o la ordenación de nuestros bosques, son también tareas de gestión de la biodiversidad y, en el contexto de la efemérides que hoy nos ocupa, resultan actuaciones esenciales para asegurar la conservación de los recursos hídricos y lograr el buen estado de las zonas húmedas, además de contribuir a garantizar el suministro de agua en la calidad y cantidad apropiadas para nuestra vida cotidiana, nuestra salud y el desarrollo de múltiples actividades económicas.
La gestión forestal, de los espacios protegidos, de los recursos cinegéticos y piscícolas, o de la flora y fauna silvestres, son tareas que la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad ejecuta con el convencimiento de que en el patrimonio natural de Cantabria reside buena parte de nuestras señas de identidad, siendo esencial para comprender nuestra historia y nuestro presente, pero también para construir nuestro futuro.
Por ello, interiorizando plenamente la interrelación entre todos los componentes de nuestro medio natural y, más en concreto, entre los bosques y el agua que hoy nos sirven de argumento, la Consejería de Desarrollo Rural ha puesto en marcha nuevos operativos en la prevención y lucha contra los incendios forestales, ha abordado diversas medidas para garantizar el buen estado de nuestros bosques y promover su conservación y el uso razonable de sus recursos, favoreciendo la explotación sostenible de los montes. Y además ha creado una Red de Espacios Naturales Protegidos que incluye a la práctica totalidad de los humedales de Cantabria y, desde luego, a los ecológicamente más significativos, abordando la elaboración de los planes de gestión de todos los ríos y de los humedales costeros que forman parte de la Red Natura 2000, y que en los próximos meses serán sometidos a información pública.
Bosques y humedales; árboles y agua. Todos ellos forman parte del complejo entramado de relaciones que hacen posible la vida en el planeta. No pensemos en ellos sólo con ocasión de celebraciones como este Día Mundial, sino que incorporemos su conservación, disfrute y uso racional como algo consustancial a nuestra actitud diaria y a las exigencias que hacemos a las Administraciones encargadas de su tutela y gestión.
En estos tiempos de grave crisis económica y de replanteamiento de prioridades, no cometamos el error de pensar que el patrimonio natural es un lujo o que su cuidado y gestión son meros caprichos o un freno para otras políticas. Aunque sólo sea por egoísmo, pensemos que ese patrimonio es garantía de futuro para la sociedad, mucho más allá de lo que podamos creer en una visión de corto plazo. El agua que bebemos, el aire que respiramos o los alimentos que comemos dependen de su conservación. No lo olvidemos nunca.
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