Cuidado al sacudir las alfombras
El fiscal del Supremo, que depende orgánicamente del Fiscal General del Estado, ha encontrado "rarita", ¿y quién no?, esa afición de su compañero y presidente del alto tribunal, Carlos Divar, a disfrutar de largos fines de semana en hoteles de lujo en Puerto Banus a cargo del Consejo y sin justificar gastos.
Pero no ha visto delito en tan caros gustos. Así que Divar seguirá, si sus compañeros del Consejo General del Poder Judicial no lo remedian, sentado al frente de las dos principales instituciones de la Justicia.
Sus colegas, los vocales del Consejo, andan diciendo con la boca pequeña que debería dimitir. Pero, salvo Gómez Benítez, que fue quien le denunció por malversación de fondos públicos y que ahora reclama que se vaya para no contaminar con su mala imagen al máximo órgano de gobierno de los jueces, no se lo dicen a la cara. Y eso que no les ha explicado nada del motivo y coste de sus veinte viajes a Marbella acompañado de un séquito de guardaespaldas digno de un príncipe.
Las diferencias ideológicas hacen difícil una postura común. Pero, sobre todo, lo que los vocales temen es que se empiecen a sacudir las alfombras de tan digna institución y acaben todos salpicados de polvo. Es decir, que viejas rencillas hagan salir a la luz facturas de unos y de otros. Nadie sabe lo que guarda en sus archivadores el ilustre compañero de mesa. La situación es tan vergonzosa que el propio Divar tuvo que desmentir que hubiera pedido la relación de gastos de todos.
Seguramente, y es un suponer, el fiscal del Supremo recibió una "indicación" de Torres Dulce para que no hiciera mucha sangre con el tema. A Carlos Divar le queda algo más de un año de mandato y al gobierno del PP no le conviene , ahora, abrir otro melón cuando tiene sublevado al Constitucional y sin renovar el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo. Además, Divar les gusta. Su estupor cuando Zapatero propuso a Rajoy su nombramiento se convirtió en apoyo fervoroso: era uno de los suyos. Es como si el PP propusiera al brillante e independiente economista Emilio Ontiveros para presidir RTVE, se llegaría a un acuerdo sin duda alguna.
Las guerras y las zancadillas dentro del Consejo General del Poder Judicial son el pan de cada día. Hay quien acusa a Gómez Benítez de haber actuado por venganza al denunciar a Divar. El motivo sería la condena de Baltasar Garzón. Conviene recordar que el presidente del Supremo se negó a explicar la sentencia que expulsó de la carrera judicial al juez alegando que a él no lo habían nombrado "juez de jueces". Puede que, sus muchas lecturas religiosas enseñaran a Divar que Pilatos fue un hombre hábil.
En unas horas el Pleno del Consejo se vuelve a reunir con un tema monográfico: los gastos en viajes de su presidente. Divar puede estar viviendo sus últimas horas al frente de los jueces. Aunque también podría suceder que, por miedo a las alfombras, se corra un tupido velo y todo se resuelva con nuevas normas de justificación de gastos. El daño ya está hecho. Otra institución de la democracia que pierde el poco prestigio que le quedaba.
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