2016: ¿IV año triunfal del PP?
Empieza a pensar uno que en 2015 se acabará el mundo o algo así, ya que en el plano político todo se supedita a ese año. Es demasiada casualidad que en esa fecha es cuando vamos a empezar a crecer, cuando se va a crear empleo, cuando va a haber oposiciones para casi todo, cuando el país ‘ascenderá a los cielos’ y cuando se repondrán todos los efectivos en las distintas administraciones.
Empieza a pensar uno que en 2015 se acabará el mundo o algo así, ya que en el plano político todo se supedita a ese año. Es demasiada casualidad que en esa fecha es cuando vamos a empezar a crecer, cuando se va a crear empleo, cuando va a haber oposiciones para casi todo, cuando el país ‘ascenderá a los cielos’ y cuando se repondrán todos los efectivos en las distintas administraciones.
Muchos días, al leer la prensa da esa impresión. Tampoco es casualidad leer titulares como “Educación prevé una oferta ‘potente’ de plazas para el curso 2015-2016”. Después será verdad, o no, pero es lo que piensa mucha gente que no se chupa el dedo y analiza contenidos y titulares. Muy dados a esos titulares son Montoro, De Guindos, Rajoy y Mateos, el mandado de Herrera Campo.
El curso 2015-2016 es año electoral y en ese curso lo van a volcar todo. El populismo ya ha comenzado y no tardarán en aparecer los porcentajes como si todo hubiera pasado ya. Algunos llegarán a decir que la crisis ya es historia, aunque en algunos sectores empiece a ser verdad. Ya verán ustedes como en campaña electoral escuchan infinidad de veces que la inflación ha desaparecido y que iniciamos el camino de las vacas gordas.
Hasta ahora, el más prudente parece ser el ministro de educación, quien aún no ha sido capaz de responder sobre la cantidad de dinero que recibirán las comunidades autónomas para implantar la LOMCE; pregunta que, incluso le hacen los consejeros, los sindicatos, el profesorado y las familias. Han sido tal la cantidad de mentiras que hasta nos da miedo escuchar porcentajes, cantidades y afirmaciones rotundas.
En la oferta de empleo público se ha producido una vulgaridad propia de egoístas y aprovechados. Este año se convocan plazas, pero no se celebran oposiciones; es decir, los efectivos que se convoquen se sumarán a los efectivos del año 2015. Otra vez 2015 vuelve a ser el referente y lo es por el miedo que tienen los gobernantes a no poder ‘cantar’ su logros, porque no los hay. Se arriesgan al abucheo, al escrache puntual, al insulto y a la acusación de mentirosos y mentirosas.
La ciudadanía es consciente de lo que sucede y cada vez está más dolida. Por ejemplo, en educación hace meses que saltan chispas con los recortes y la falta de reposición de efectivos. Incluso las sustituciones de profesorado no se llevan a cabo hasta después de los quince días reglamentarios (así lo han reglamentado ellos por norma) y, en muchos casos, ni siquiera llegan a cubrirse. Un dato puntual sobre el profesorado: en comunidades como Castilla y León empieza a ser una ruina la propia Consejería de educación; el número de interinos ha crecido de forma espectacular y eso va contra la calidad educativa, además de ser una ‘bofetada’ a la excelencia que tanto ‘cacarea’ el consejero, pero que nunca demuestra. Hasta en el informe PISA nos engañan y nos toman por indocumentados, sin darse cuenta que ese tipo de políticos son para nosotros algo así como indigentes intelectuales.
En Castilla y León – insisto en esta comunidad, porque es la que mejor conozco y una de las que más toman por tonta a la ciudadanía, aunque Juan Vicente Herrera Campo mire al tendido-- llevamos cuatro años sin oposiciones de acceso a la función pública docente y los más dañados son los profesores de secundaria. La promesa de rebajar la interinidad al 7% ya quedó en el olvido. Estamos por el 20%, incluso los puestos de libre designación para familiares se han disparado en la administración autonómica, aunque se ha recortado en todo lo demás.
Para ellos no hay recortes, pero seguramente sí habrá infinidad de reproches en las próximas fechas, cuando lleguen las elecciones europeas y al año siguiente las autonómicas. No quiero ni pensar qué es lo que habrá cuando lleguen las elecciones nacionales, tal vez algaradas, muchas algaradas. Al tiempo.
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