Toma posesión ¿el último gobierno de Revilla? Por Carlos MAGDALENA

Esa es la pregunta que se hacen todos los ciudadanos pero que queda al albur del tiempo y de la salud a a prueba de hierro que tiene Revilla. Nos ratificamos en nuestro anterior artículo “Un Consejo de gobierno que premia lealtades”. Se trata de un Gobierno de transición en el que el Presidente premia lealtades, como es el caso de Guillermo Blanco tantos años siendo la sombra del presidente Revilla o el de Oria que le recoloca en una dirección general en Educación. Se enfrenta Guillermo a la más dura, que si sale airoso, que no lo dudamos, depende de su pericia por una parte, del “compaño” que lleve y del nivel de asesoramiento del que disponga en la gestión, y acabe con los temas pendientes de su antecesor cómo es la reforestación, medio ambiente abandonado, la atención necesaria a los ganaderos con la leche y las vacas, nuestro signo de identidad, la fauna salvaje, desde el oso, urogallo pasando por el zorro, lobo etc nuestro patrimonio etc. Si reactualiza los temas pendientes y les da salida airosa sería un candidato más amén de otros  para esa futurible sucesión del que lo ha sido todo en Cantabria, Miguel Ángel Revilla.

Lo hemos dicho y repetimos, todos los consejeros tienen capacidad y experiencia acreditada en el manejo de la cosa pública si bien sobresalen Martín y Gochicoa, ambos ingenieros. Con estos dos consejeros el presidente Revilla ha jugado sobre seguro. No olvidamos a Marina Lombó que tiene experiencia sindical y una mano izquierda de seda que no le va a temblar frente a aquellos que traten de acercarse a ella con loas y lisonjas, buscará gente trabajadora y de capacidad.

Y de Paula, licenciada en derecho, la conozco poco todavía pero tiene una mirada tranquila y penetrante, puede ser una gran apuesta y que Rafael de la Sierra haya acertado desde el más allá con un pleno habiéndola tenido tantos años a su lado.

 
Cómo no, nos queda la persona que no está, pero se le siente, que todos creíamos que iba a disponer de consejería, Javier Marcano, pero no se olviden que este hombre es incombustible, de gran capacidad y está muy vivo y es un “chaval” y un activo de gran valor. A pesar de la putada que le hizo el Partido Popular y por desgracia la lentitud de la justicia, de lo cual sabemos mucho, y que le perjudica a la hora de tomar cargos públicos.

 
Se trata de un Consejo equilibrado, de transición, que puede caminar perfectamente, pero nos vamos a referir a lo fundamental que es el pacto con el Partido Socialista Obrero de Zuluaga. Las inversiones, las grandes inversiones tienen que venir de Madrid y hasta ahora gobierne el PP o gobierne el PSOE, lo sabemos todos, solo hemos recibido en el mejor de los casos promesas. El cacareado contrato con el PSOE es a lo que se agarra el PRC y muchos pensamos si no será más de lo mismo, nada. Se trata de un contrato de los compromisos en el aire y de principios generales solo que por escrito.Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento oral y escrito.En esta ocasión hay novedad, es por escrito.

En efecto desde Cantabria Liberal lo hemos tipificado el primer día que vio la luz, cómo un contrato privado entre dos partidos políticos sin ninguna virtualidad ejecutiva ni jurídica.El Estado no es parte.

Se trata de principios de intenciones y nada más, y todo supeditado a que Sánchez sea investido presidente, de lo cual tenemos nuestras más profundas dudas a la vista de la situación política al día de hoy. 
Nuestro voto, el de Mazón, debe ser vendido al estilo vasco, primero los hechos y luego el derecho. También  hemos apuntado desde el primer día que se celebraron las Elecciones Generales que habría una segunda vuelta en otoño  y seguimos diciendo  que hay que prepararse para esta eventualidad. Desde Cantabria Liberal deseamos al nuevo Ejecutivo conformado por el partido regionalista y el partido socialista éxitos  y esperamos lo mejor para Cantabria y para el bienestar y progreso de los cántabros. 

Nuestro voto, el de Mazón, debe ser vendido al estilo vasco, primero los hechos y luego el derecho. (Hay que cobrar por adelantado)