SUCIOS EN LISTA. Miguel López Sintes

En esta convulsa política española donde las noticias sobre presuntas "irregularidades" están la orden del día, me viene a la memoria los comentarios de mi abuela donde con sorna relataba anécdotas de su padre ,a la sazón mi bisabuelo, delante de una caricatura de su figura realizada parece ser, por el cura párroco y así mismo contertulio de las noticias de la prensa de aquellos años de inicios del siglo XX. En dicho retrato, el bueno de Edesa como se le conocía por el apellido, luce una gorrilla y una perilla muy al estilo del político Pablo Iglesias y desconozco si las similitudes se ampliaban a lo ideológico, pero en esas tertulias y en vista de los hechos de aquella actualidad, dejaba clara su posición con un comentario lapidario ¡"aquí más que socialistas, hay muchos sucios en lista"!.

Y mucho me temo que bien podríamos aplicarla hoy en día, a la vista de la cascada de noticias de irregularidades originadas por personajes públicos y no nos confundiremos lo mas mínimo. Hemos llegado a un descaro en la utilización, en la mala utilización de las instituciones, que pedirnos a los ciudadanos confianza en su gestión es un auténtico descaro. Porque todos estos sucios en lista se ríen a nuestra cara y falta poco para que el NODO, perdón el telediario, se inicie con un "queridos tontos".

Estos que llegaron cargados de razones contra la corrupción, prometiéndonos transparencia y honestidad, se han convertidos en maestros destacados de aquello que combatían, llevando a las instituciones y hasta el propio país a un descrédito absoluto. Es curioso como se usa como abanderada de su política la lucha contra toda la época de la dictadura de Franco y algo que la sociedad afortunadamente ya tiene asimilado, le sirve como objetivo para justificar su política mirando al pasado y de esa manera ocultar la necesidad de tener encendidas las luces largas para definir un futuro.

Con una presidencia del Gobierno que para su continuidad está a expensas de los dictados y los deseos de unas minorías, por no añadir de prófugos, cuyos objetivos van en dirección contraria al resto de la sociedad, no le queda otra alternativa que ir tapando las tropelías mediante la utilización torticera de las instituciones, de tal manera que creo que en estos momentos podemos decir bien alto que hay muchos sucios en lista.

En mi caso esto lo podemos llamar sin miedo a confundirnos, memoria histórica