Sobrarán vacunas, firmado Illa y Simón. Por Pedro Arce

No hace muchas semanas que Pedro Sánchez y Salvador Illa ilusionaban y daban esperanzas a los españoles con las vacunas, de tal manera que en la primavera ya estaríamos casi todos vacunados, lo que sería un alivio ante esta terrible pandemia que nos tiene atenazados…

… Pero la realidad es muy distinta y a este paso, algunos recibirán las vacunas “ad calendas grecas”, es decír, “largo me lo han fiado”, pues a los españoles se nos juntan todos los problemas, por aquello de que “al perro flaco, todo son pulgas”, aunque Salvador Illa nos haya dicho hace no mucho “que habrá vacunas para todos y sobrarán” ¡Mentira sobre mentira! Y los ciudadanos de a pie no sabemos cuándo nos tocará o si nos tocará algún día.

Primero, el problema de la Unión Europea con el contrato de vacunas y la distribución de las mismas a todos los países, en una tensión con la farmacéutica AstraZéneca que no sabemos cómo va a acabar, pues parece que para los países que pagan bien, como Israel o la Gran Bretaña, no parece que tengan estos problemas y el estado israelita ya ha vacunado a la mitad de su población. Ahora Pfizer dice que suministrará a la UE a mediados de febrero, después de haber suministrado a otros países con los cuales tiene un compromiso prioritario o que le pagan más… ¿Puede la Unión Europea limitar sus exportaciones e intervenir la farmacéutica?,

En España, los índices de vacunación son bien escasos, un vergonzoso 2,7 %; y, además, nos encontramos que algunas vacunas se han desviado a Andorra; y, lo que es más grave, la distribución por Comunidades Autónomas se ha hecho con criterios que ha ocultado el Gobierno de Pedro Sánchez e Illa y Cataluña, por ejemplo, ha recibido muchas más dosis que Madrid y los ciudadanos y los gobiernos autónomos tienen derecho a que se clarifique este tema, antes de que Pedro Sánchez lo declare “secreto de estado”, como la lista de amigos a los que invita a volar en Falcon y a disfrutar de los bienes del Estado, que pagamos todos.

Y otro problema es la prelación de los vacunados, que ya ha producido pequeños seísmos como aquellos alcaldes y concejales (PSOE, PP, Ciu, PNV y Cs) que salieron a los medios de comunicación y algunos se han visto obligados a dimitir; otros, simplemente el PSOE les ha dado de baja como militantes: ja, jaaa… ¡Algunos medios ya les llaman los vacunajetas!

Pero también han dimitido consejeros, como los de Murcia y Ceuta, del PP, porque han sido puestos en la diana, ¡faltaría más! de todos los inquisidores de izquierdas. Como ha sido puesto en la diana el Jemad y obligado a dimitir, un militar que, curiosamente, se ha desplazado fuera de España en su misión y ello le obligaba a estar previamente vacunado; y también porque los militares han estado en primera línea, ya sea con el Covid o con los recientes temporales, pero han caído en la caza de brujas de este país. Pero ha quedado claro que dentro del gobierno social-comunista, se ha aprovechado para defenestrarle (Marlaska, Pablo Iglesias,…). Utilizó un criterio ajeno a su mando, que cumplió escrupulosamente, pero se ha visto obligado a dimitir.

Y poco a poco, van saliendo muchas de los cientos de personas que se han vacunado, “aprovechando dosis que sobraban” o, simplemente, saltándose la cola: altos cargos de Extremadura; José Luís Cuesta, el fiscal jefe de Castellón que ha dimitido; amiguetes socialistas de la consejería de Sanidad de Baleares, donde también se ha colado el obispo de Palma, Sebastiá Taltavull; dirigentes sanitarios del País Vasco, alguno de ellos ya cesado; los sindicalistas de CCOO, UGT y ELA del País Vasco, alguno de ellos cesado y los de estos dos últimos apoyados, como no podía ser de otra manera, etc. Un alto cargo del PSOE en Canarias se vacunó y publicó

la foto en las redes sociales. Y ha sido una enfermera del País Vasco, la que ha dimitido “por la corrupción que hay en mi hospital. Es indecente” y se refiere al hospital Santa Marina de Bilbao, donde “el gestor y varios miembros de su equipo se vacunaron saltándose los protocolos establecidos”. Y ha puesto su nombre con valentía: Marta Uriarte, a sabiendas que va ser vilipendiada.

En Cantabria ya hemos visto que en Santoña se les vacunó “con las dosis sobrantes” a algunas personas que pasaban por allí; convendría saber quiénes “pasaban por allí” y quizás nos llevaríamos una sorpresa. Lo mismo que le ha sucedido al obispo de Palma de Mallorca o a la madre de Beatríz Josa, la directora médica de Atención Primaria de Cantabria, que ha acabado presentando la dimisión para la que nadie pone objeciones. ¿Saldrán estos días más casos de “vacunajetas”? Estén atentos, que aún saldrán más sorpresas y se ocultarán otras, quizás cambiando los “protocolos” para acoger a algunos listillos “si son de los nuestros”.

Quizás así llegamos a la conclusión de que nos ponemos muy inquisitoriales con los adversarios, cuando son, por ejemplo, del PP, pero toleramos y acallamos a los medios de comunicación para otros representantes de “los nuestros”.

Y estos ejemplos los tenemos en otros aspectos, como la red hospitalaria, criticando de forma dura y contundente el hospital Isabel Zendal -¿Sabrán estos ignorantes de la izquierda política y sindical quién fue esta dignísima señora?- de Madrid y nada dicen del hospital de campaña que voló por los aires en Valencia, por poner un ejemplo sangrante. Este hospital madrileño es un ejemplo para toda Europa, solo criticado por la atrabiliaria izquierda española, por motivos sectarios, lo que demuestra que lo de la epidemia sanitaria les importa un pito y como dice Isabel Díaz Ayuso, la presidente madrileña, Pedro Sánchez ante la epidemia de Covid “ni siente ni padece” (Pasa de ella, pues está escondido), “pues su papel ha sido lamentable; solo sale para hacer propaganda”.

Y quede claro mi posición de que los dirigentes máximos de este país deben vacunarse para evitar cualquier incidencia en las máximas instituciones; en esto coincido con el criterio del sensato alcalde de Madrid, José Luís Martínez Almeida, y no tiene sentido que el Rey no se haya vacunado. ¿Se imaginan si eso tuviera alguna consecuencia? Los ignorantes de la Historia debieran saber que un antepasado suyo (Alfonso XII), hace poco más de un siglo, falleció de una afección que no era grave (Ya supongo que los de la Logse y la Ley Celaá no tendrán oportunidad de saberlo).

¿Y yo cuando me inmunizo?...