¡Qué vuelva Jordi Pujol! Por Carlos Magdalena

El indulto que va a dar Sánchez a unos delincuentes no es otra cosa que echar gasolina a una Cataluña que está ardiendo desde hace años. Cuando se utilizan vericuetos  ilegales ocurre lo que está ocurriendo en España, un desmadre supino.

Cataluña es un volcán en ebullición, no hay orden ni concierto y va a explotar. Si todavía no ha explotado es porque ese fuego está siendo contenido a base del dinero que se reparten entre todos, entre toda la clase política, sindical y funcionarial que mantienen el fuego pero que en cualquier momento puede avivarse y quemar toda Cataluña y de paso el resto de España.

El mundo de la empresa huye de Cataluña y el miedo está instalado en esa bella y otrora locomotora de España. Jordi Pujol, sin exculparle de sus delitos y desaciertos, supo mantener un tira y afloja con la capital del Reino, con Madrid, y mantuvo a Cataluña en lo más alto, seguro que no se cree lo que está pasando en la Cataluña que él mantuvo dentro de España con su filosofía pedigüeña que tan famosa hizo a la patria de Verdaguer.

Lo peor es que no se ve solución alguna porque la solución sólo  depende de que se produzca un levantamiento ciudadano en Cataluña y eso está de momento calmado con los millones de euros que se reparten entre todos y que Sánchez ayuda a que se mantenga ese status quo que le favorece para continuar en La Moncloa. El problema será que cuando se vaya Sánchez ya no vale que el monumental lio que han montado entre Zapatero, Rajoy y Sánchez lo arregle otro porque no tendrá arreglo. Esto está adquiriendo una situación y unas dimensiones de no retorno.

Pedro Sánchez, el teórico y presunto presidente de España en la realidad no lo es, si no que lo es para él y para seguir siendo presidente diabólicamente maniobrando siempre a su favor pero no es presidente de España