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Opinión 13-10-2019 19:05

¿Qué bandera va a ondear Ciudadanos?, por Juan Goti Ordeñana

Ciudadanos, como dice Miguel Buesa, «da la impresión de que quiere mojar su tostada en todas las tazas, dependiendo de las circunstancias».

Ante la problemática de las nuevas elecciones, vemos que Ciudadanos no quiere conformar una derecha, negándose a constituir una España Suma con el PP, para presentarse frente a un PSOE, que espera arrasar en las elecciones de 10-N. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿qué aspiraciones tiene Ciudadanos, que sabe con toda certeza, que en el mejor de los casos va a quedar el tercero?

Su indefinición como partido no es que sea nueva, desde su salto a la esfera nacional induce a dudar, si es de izquierdas o de derechas. Empezó diciendo que era de izquierda y así en su primer paso quiso formar grupo con Rosa Díez, que había sido una miembro destacada del partido socialista de Euskadi, hasta ocupar altos cargos en el Gobierno vasco. Pero no llegó a ningún acuerdo, por lo que se lanzó solo al ámbito nacional, siendo considerado de izquierdas, puesto que en un principio se nutrió de militantes de UPD en sus principales dirigentes, que por el descontento con el PSOE pasaron a ciudadanos, constituyendo un bloque importante, y hasta el punto de que aquel exministro del interior Antonio Asunción, se afilió a este partido pensando refundar un nuevo partido socialista. Y en un principio pactó fácil y gustosamente con el PSOE, en Andalucía, Asturias y Castilla la Mancha.

La inseguridad ideológica de este partido se vio cuando en la Asamblea General de Coslada, celebrada hace cuatro años, pasó a abrazar, con todo su bagaje, el credo de los Liberales de Cádiz. Con ello se pensó que había creado un nuevo partido, creyendo que así entraba en la Alianza de los Liberales y Demócratas Europeos, con lo que ideó promocionar la Comunidad Europea, revestido de un nacionalismo globalizante, con una ideología difusa del capitalismo envolvente, dejando atrás las tradiciones de los españoles. Desde ese momento ha pretendido superar al PP para venir a ocupar su lugar. No obstante, este vaivén ideológico, en lugar de sufrir una dura crítica, hasta ahora, le ha resultado fructífero.

Ciudadanos, como dice Miguel Buesa, «da la impresión de que quiere mojar su tostada en todas las tazas, dependiendo de las circunstancias». Por lo que se inclina a la derecha o a la izquierda, es decir, es azul o rojo, según el momento. Si en este tiempo no ha pactado con Pedro Sánchez, no es por ideología, sino por la soberbia del presidente en funciones, que lo considera como un bonito mueble para ponerlo en un rincón.

Su estrategia es ocupar el centro, ¿de la derecha o de la izquierda? Eso da lo mismo, sin decidir previamente con quien puede colaborar en la gobernación. Todo le vale en ese suelo de arenas movedizas en el que se han instalado. Por ello, en el último momento lanzó un salvavidas al PSOE, no muy claro ni decidido, sólo para hacerse notar en el difícil momento que había creado con su larga ausencia y los malos augurios de las encuestas. Y anunciadas las nuevas elecciones, dice que se abre a pactar con el PSOE si rectifica y respalda sus reformas. Arrimándose al sol que más calienta, con el suficiente disimulo.

Pero aún más desconcertante ha sido, después del enorme éxito en Cataluña con el triunfo de Inés Arrimadas, su traspaso a Madrid abandonando el protagonismo referencial que tenía en el Parlamento Catalán, y pasando a un segundo plano, con su aterrizaje en el ámbito nacional. Arrimadas constituía en Cataluña una política atractiva y estimulante donde no abundan mujeres de peso, pero con su paso a Madrid, da la impresión de haber perdido su protagonismo y caído en un número más de la masa de políticos. ¿Qué explicación tiene con el éxito conseguido en el área que dio razón de su nacimiento, el abandonar aquel programa y lanzarse a un campo donde no tienen nada nuevo que decir? ¿La idea de ser bisagra de la derecha o de la izquierda, explica este ambicioso aterrizaje a la política nacional, cuando venía a pisar un campo que ya estaba definido por otros partidos? El ser bisagra, además, le hace no ser ni chicha ni limonada. No justifica un partido.

Con esta desconcertante maniobra rompió el bipartidismo que más o menos bien había funcionado durante cuarenta años, creando un pluripartidismo, que como vemos, por la sucesión de elecciones que estamos sufriendo, sin que se perciba la formación de un Gobierno, muestra que ha sido un enorme error.

Ahora está navegando en un mar revuelto, sin saber hacia dónde dirigirse. En los Ayuntamientos y Autonomías, se ha inclinado por pactar en unos lugares con la derecha y en otros con la izquierda, y a última hora, se ha ofrecido a Pedro Sánchez, para salvar la difícil situación que se había creado, por la ausencia de Rivera, enzarzado en sus amoríos, en unos momentos en los que un partido serio exige plena dedicación y una vía despejada sin desvaríos ajenos a la política, y ha propuesto un pacto con tres condiciones: moderación, unidad nacional, defensa de la Constitución, y una aplicación dura del artículo 155. La actitud de Sánchez ha sido de rechazo, viendo las dudas que hay en Ciudadanos, y la perspectiva de recuperar a muchos de sus partidarios que se habían pasado de su partido. Pero en previsión del futuro esta dispuesto a pactar con el PSOE.

Por los augurios que asoman en esta precampaña, es para pensar si merece la pena su existencia, pues se encuentra en medio, sin un campo propio para desarrollarse. Por la izquierda el PSOE acaparador, está deseoso de restarle votos, y recuperar sus antiguos miembros; por la derecha el PP, con la tranquilidad que le ha dado la nueva directiva, quiere dominar el centro.

Pero también es cierto que hasta ahora ha estado triunfando sin programas definidos, y que ahora se presenta con dos figuras Rivera y Arrimadas que, con asombro de todos, han tenido aceptación y triunfos, por lo que queda una cierta duda ¿qué va a ser de este partido, puesto que no se ve en estos momentos, qué banderas puede ondear en el aire de la política española?

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