Nefasta gestión del Covid-19
No puede ni debe quedar impune tanta mediocridad, tanta indigencia presidencial y tanto mamoneo de este Gobierno de coalición.
Cuando se anteponen los intereses políticos particulares a la salud del común de la ciudadanía se está ante un Gobierno irresponsable, mediocre y amortizado. Se puso por delante de todo la manifestación del 8M y solo ha traído despreciables consecuencias. Había que contentar a quienes viven de las subvenciones al feminismo adulterado. En Europa han calificado de despreciable el acto de Madrid; ese acontecimiento ha arrastrado a otros de otros partidos por la información ocultada por el Gobierno: en este caso, la cautela sanitaria era imprescindible, en tanto que se podía prescindir perfectamente de la “manifa”.
Yo sí culpo al presidente de mentir en todo. También es culpable de extender y engañar de las consecuencias que iba a traer el capricho de las feministas. Recordemos que el feminismo español no tiene nada que celebrar salvo su propio fracaso y el hecho de ser el brazo armado del comunismo. El Gobierno ocultó que “el domingo ya se era perfectamente consciente de la magnitud de la pandemia y del crecimiento que estaba experimentando el coronavirus”.
De ahí esa irresponsabilidad que debe pagar sin tardar. Hay que exigir su dimisión tan pronto como se restablezca la normalidad. Con semejante estupidez presidencial y ministerial este Gobierno ya está amortizado. No tiene nada más que ofrecer a la población. Es un hecho que, ante circunstancias de calado, el socialismo carece de recorrido responsable. No puede ni debe quedar impune tanta mediocridad, tanta indigencia presidencial y tanto mamoneo de este Gobierno de coalición social-comunista propenso a la desidia.
Cuatro días después de esa irresponsable “manifa”, el Gobierno adopta medidas propias de una emergencia nacional peligrosa. Pero lo ha hecho cuando desde los medios de comunicación se le ha acusado de dejadez y de desconcierto. No entiendo, pues, que hasta el domingo animara a la población a manifestarse por las calles de su ciudad o de su pueblo. ¿Entienden la irresponsabilidad socialista y comunista de ultraizquierda? No se puede llamar a la tranquilidad cuando sabes que estás ocultando una catástrofe premeditadamente.
Justo el día después de esas manifestaciones --en muchos casos violentas y calculadamente violentadas-- comenzaron a multiplicarse las poblaciones afectadas en España, así como a aumentar casi exponencialmente el número de infectados. Cada día que pasa la situación es peor: no hay más que echar una ojeada a las medidas que se van adoptando. Los miles de millones que vamos a destinar a la crisis sanitaria harán imposible unos nuevos presupuestos. Repito: la legislatura ya está amortizada. Ahora vamos a ver qué pasa con los grandes acontecimientos nacionales. España puede verse en un callejón muy estrecho, próximo al acorralamiento social y financiero.
Debido a ese ocultamiento por parte del Gobierno, hasta el Parlamento ha tenido que cerrar. El Gobierno va sufriendo afectados o puestos en cuarentena. Moncloa ya tiene infectados a varios trabajadores. Acabaremos en una cuarentena nacional, al igual que sucedió en China. Las medidas que ya llevamos con retraso no diferirán mucho de las que ya hemos visto para esa nación asiática y para Italia. En España empieza a notarse: Hay miedo y preocupación. No tardando vamos a presenciar calles vacías, cafeterías a medio gas, suspensión de desplazamientos, cancelación de oposiciones, empresas cerradas por emergencia nacional… Hasta los ‘memes’ son el caldo de cultivo más socorrido para explicar la angustia que se vive.
A todos nos preocupa cómo estará España el próximo lunes, al igual que nos preocupa la alarma nacional creada sobre el abastecimiento. Las medidas del Gobierno llegan con mucho retraso. Los preocupantes gritos contra el Gobierno de coalición han empezado a arreciar en las redes y foros:
es cierto que el Gobierno no ha traído la pandemia, pero sí ha ignorado y retrasado las medidas necesarias, dando prioridad a lo político por encima de la salud. Los guantes de látex de las ministras han dado mucho que pensar. El hecho de marcharse antes de tiempo, sola y no sé si borracha, Irene Montero, también me hizo cavilar. La falta de rueda de prensa de la ministra de Igual Da y de Carmen Calvo ya fue lo que me hizo pensar que al día siguiente iban a saltar chispas, pero resulta que no fueron chispas sino fuego intensivo.
De momento reina la tranquilidad. No es poco. Si fuera el Partido Popular quien estuviera en el poder, no hay duda de que las calles estarían incendiadas; los políticos ‘peperos’ escracheados; el partido de la “derechita cobarde” bombardeado y sus sedes con caceroladas diarias. Estaríamos en los preludios de una guerra sin cuartel, exagerando un poco. Mientras tanto, ahora todos izquierdosos que han ‘piado’ están escondidos y acobardados, desde los socialistas hasta la extrema izquierda ultramontana, pasando por los desnortados del PNV, independistas catalanes, grupo bilduetarra y las otras “confusas islas” que completan el Parlamento nacional.
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