Noticias de Cantabria
Opinión 04-01-2022 07:00

La Taberna. Por Pedro Arce

Muchos recordamos la taberna o tienda que existía en nuestros pueblos, en nuestros barrios. Quién no recuerda la vieja tienda de Remigio Sobremazas en La Albericia, con el mismo Remigio, abrigado con el guardapolvo gris, despachando el pan, apretando el surtidor del aceite y todo lo que se necesitaba en cada una de las casas de la zona

 

Muchos recordamos la taberna o tienda que existía en nuestros pueblos, en nuestros barrios. Quién no recuerda la vieja tienda de Remigio Sobremazas en La Albericia, con el mismo Remigio, abrigado con el guardapolvo gris, despachando el pan, apretando el surtidor del aceite y todo lo que se necesitaba en cada una de las casas de la zona; o sirviendo un blanco a los parroquianos o, simplemente, de tertulia con los vecinos que se encontraban a gusto en el lugar, mientras comentaban los avatares diarios de la vida o las noticias que escuchaban en el parte, quizás compartidos con un órdago al mus ?

 

Todos recordaremos, especialmente quienes ya acumulamos varias décadas en nuestro deneí, aquellas tiendas y tabernas de nuestra infancia. Yo mismo recuerdo, de pequeño, en el Alto de Pedroa, entre los términos municipales de Miengo, Piélagos y Polanco, la tienda de José Peña y Elena Laherrán, donde mi familia se proveía de todo lo necesario para completar el autoconsumo familiar y a donde incluso se llevaba la leche a medir para que fuera recogida por el camión del Suizo, nombre con que se llamaba a la Nestlé. Y se encontraba esta tienda en el borde del antiguo Camino Real, por donde se trajinaron tantas lanas, harinas y productos ultramarinos y dónde ya hacía siglos que existía una venta para descanso del caminante y dónde existió en otro tiempo, también ya lejano, una afamada feria de ganado a la que concurrían las reses del entorno.

Y hoy, en España, seguimos con estas tiendas y tabernas, muchas ya evolucionadas y trocadas en tiendas de barrio, tabernas, mesones, restaurantes, pub (palabra anglosajona que se nos ha colado en nuestro lenguaje) o cualquier otro establecimiento hostelero que son utilizados por jóvenes y mayores, propios y extraños, y que han generado una forma de vivir, que incluso a los millones de turistas que nos visitan, les gustan y utilizan con gran placer?

Y esta forma de vida, en democracia y libertad, ha sido una reivindicación de la actual presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en las elecciones del pasado mayo, en contra de esta atrabiliaria y seudoprogresista izquierda

que nos quiere a todos confinamos y controlados en nuestras casas, para poder manipularnos a gusto y placer a través de los medios de comunicación que con tanto éxito controlan, como hacen los regímenes autoritarios y dictatoriales que tanto les gustan y a los que admiran en grado sumo. Por ello en ciudades tan cosmopolitas como Barcelona o Palma de Mallorca, se ha llegado a acosar e insultar a los turistas que les visitan para disfrutar de nuestra forma de vida, matando con ello la gallina de los huevos de oro que supone el turismo, de interior o extranjero, para nuestra economía e idiosincrasia.

Y por ello ha sido en Madrid, emulando aquel 2 de mayo de 1808, donde se ha contrapuesto lo de libertad con comunismo de izquierdas, mancha de aceite que se va extendiendo por toda la aún llamada España, pues hasta el término y sus símbolos como la Constitución o la bandera, les indigesta a estos aprendices de brujo, a estos supremacistas ideológicos, a estos fascistas de izquierda,?

Por ello, reivindico nuestra forma de vivir, con una hostelería que es digna heredera de aquellas tabernas de nuestra infancia y que, aprovechando este terrible virus del Covid, la izquierda gobernante de este país quiere mantener lo más cerrada posible, con escasa base científica de donde se producen los mayores contagios víricos, pero deseosa de encerrarnos en nuestras casas, como si de una caverna se tratase, y neutralizando los deseos de libertad de los ciudadanos españoles.

No lo conseguirán, pues la Taberna ya existía en el Imperio Romano y ha sido en Hispania, donde esta herencia cultural pervive con gran fuerza y dinamismo, siendo aceptada por la gran mayoría de los españoles, lo que acabará triunfando con seguridad.

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Comentarios(2):

JMP - 04-01-2022

Muchos aún recordamos la libretuca donde se apuntaba de fiado lo que se compraba y después se pagaba a final del mes, cuando se cobraba la paga o la leche o, también cuando se podía...

Pueblerino - 04-01-2022

Cuantos recuerdos guardamos de aquellas viejas y antiguas tiendas de nuestros pueblos y barrios