La deuda pública corroe España. Por Jesús Salamanca Alonso
La deuda pública se nos va al 120% del PIB. Según el Banco de España, cada ciudadano ‘adeuda’ 28.500 euros.
La deuda pública se nos va al 120% del PIB. Según el Banco de España, cada ciudadano ‘adeuda’ 28.500 euros.
Ya nos habíamos hecho ilusiones con la recuperación de la economía, pero ahora nos dicen los sesudos especialistas que no, todavía no, porque la tercera ola de la pandemia la tenemos encima y la cuarta en ciernes. A ello hay que añadir que la Semana Santa puede traernos negativas y nefastas sorpresas. Espero equivocarme esta vez porque la ciudadanía hace tiempo que está hasta el pico de la boina de esta despreciable pandemia y de lo mal que se está gestionando desde todas las administraciones.
¿Se han parado, amigos lectores, a pensar en las consecuencias que puede tener ese desplome del 11,2% del PIB en 2020?
Lo cierto, y que ya es un hecho, es que la deuda pública nos traerá a mal traer durante mucho tiempo. Décima arriba o décima abajo no es lo mismo. Ahora mismo, nuestra deuda asciende a 1,36 billones de euros. Cuidado, he escrito billones, sí con “b” de burrada, aunque en este caso el dato es tan real como la vida misma. Y según leo en los informes económicos del Banco de España es un récord. ¡Maldito récord de deuda desbocada!
¿Sabían que este dato no coincide con el que el Ejecutivo español ha trasladado a Bruselas?
No entiendo que puedan ser tan miserables. Algo parecido ya nos supuso sangre, lágrimas y pérdida de empleo en la crisis de 2008. El Gobierno socialista había ocultado miles de facturas en los cajones, por lo que la deuda y el déficit fue muy superior al que habían anunciado antes el cambio de Gobierno. Pues eso: corruptos, mentirosos, trileros, aprovechados, incompetentes y, en muchos casos, también expertos y doctorados en latrocinio.
Compruebo que la deuda pública se nos va al 120% del PIB nacional.
Y, según el Banco de España, cada ciudadano español, incluido mi nieto de sólo unos meses ‘adeudaría’ 28.500 euros. Es un hecho que, cada vez que se revisa la deuda por parte del Banco de España, el Gobierno vuelve a quedar en pañales y en ridículo. ¿Se imaginan que en un año la deuda ha subido en casi 157.000 millones? Si el repunte supera el 13,5% respecto a 2019, échense a temblar con lo que podemos encontrarnos al finalizar 2021. Sí, amigos, la economía española, y España misma, se le ha ido al Ejecutivo de las manos, pero nos lo cargarán como si la hubiésemos generado nosotros.
De la Seguridad Social prefiero no hablar en esta ocasión, para que nadie se lleve las manos a la cabeza. Lo que sí es cierto es que ella presenta otro récord con esos 87.000 millones de deuda. Éste es un dato inicial y sin que haya empezado a cobrar la jubilación la generación del “Baby boom”: si antes no se lleva a cabo una reforma en profundidad, lo vamos a pasar mal. Cada Gobierno que ha habido en España ha mirado al lado opuesto y eso es lo que nos ha llevado hasta aquí. ¡Malditos irresponsables y carroñeros!
Da miedo analizar los datos del Banco de España, sobre todo la advertencia de que “los niveles previos a la crisis no se alcanzarán hasta al menos 2040, salvo que se tomen medidas para cumplir con el pacto de estabilidad europeo”. En pocas palabras:
si no saneamos las cuentas públicas, iremos “de culo y cuesta arriba”. Ya empiezo a temblar si ahí meten mano María Jesús Montero y sus presuntos expertos…. ¿No serán esos como los que tenía en Andalucía cuando fue consejera de los dineros? ¡Mejor que saque sus manos y su manirroto pensamiento de la reforma fiscal!
Si antes creíamos que el empleo iba a ser el menos perjudicado, gracias a los ERTE, ahora sí que lo vemos condenado y, por desgracia, atrapando a quienes suponen mano de obra sin cualificar. La absorción de miles de personas en muchos de los puestos de trabajo que se creen, va a ser muy lenta, según los expertos.
Una de las causas de esa lentitud será que parte de esos trabajadores no tendrá la preparación requerida para acceder a los sectores laborales emergentes; precisamente, los mismos donde la recuperación puede ser más rápida y sostenida a medio y largo plazo.
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