¡Fuera, que te vote Txapote! Por Pedro Arce

Este es el saludo más suave que recibió Sánchez en Sevilla, en esa gira de autobombo que está desarrollando en locales muy privados y con selección de participantes adictos y preguntas sugeridas y respuestas preparadas, como ha sucedido en la misma Moncloa; porque ya sabe que, si se reúne con el público en general, o camina por la calle, o asiste a un acto oficial con público en general, le caen todos los improperios posibles, silbidos incluidos?

Ya sabe Sánchez que tiene bien contento a los españoles e, incluso, a alguno de los suyos, que tragan saliva y muchos están temerosos de los efectos del sanchismo en las elecciones del próximo mes de mayo, pues no desean que aparezca por sus territorios.

La gran mayoría de los españoles parece que están hartos de la política sanchista, ya fuera por el apoyo del gobierno de España a los terroristas para sacarlos de la cárcel y que puedan comer las uvas navideñas con sus respectivas familias, cosa que no podrán hacer el casi millar de personas que fueron asesinadas por ETA. Lo último ha sido lo de Txapote?

La pandemia sanchista nos trajo un inusitado autoritarismo y el menosprecio al estado de derecho, dividiendo a los españoles y enfrentándoles por sexos, ideologías o forma de vida; rebuscando en las heridas del pasado, desenterrando la ya lejana guerra civil o a Franco, comodín siempre para despistar los graves problemas del país, que no son capaces de resolver. Están dejando como un erial la educación, la justicia, la cohesión territorial de España, el crédito y la imagen de España en el mundo entero y, lo que aún es peor, arrastrándose a los caprichos de los independentistas y filoetarras.

Pero los españoles también estamos muy inquietos y preocupados por la galopante inflación, el alto nivel de paro, la subida constante de los precios, especialmente del gas y los combustibles, lo que provoca unos exorbitados precios del recibo de la luz; estamos más que preocupados por un gobierno que andan engarrándose entre ellos, un gobierno que no sabe a dónde va y, como consecuencia de ello, nunca llegará a ninguna meta. Pedro Sánchez va como un pollo sin cabeza.