El velódromo carril-bici de Santander. Por Carlos Magdalena

 
 
 
 Todos los santanderinos, quien más quien menos, estamos de acuerdo en la necesidad de que exista un carril bici en nuestra ciudad pero el trazado no siempre es el correcto y los ciudadanos paseantes con frecuencia se han llevado un susto o se ha producido algún accidente porque no está suficientemente separado de la zona de tránsito.

Está claro que cada día aumentan los usuarios de este medio de transporte unas veces como medio para desplazarse y otra simplemente por el disfrute del paseo y deporte que es. ¡Y más apelando al cambio climático, disfrutamos de días preciosos para bicicletear y descubrir la cuidad!, cualquiera se puede desplazar porque los repechos no son pronunciados.

Nunca había escrito sobre el carril-bici, que ahora lo amplio con el de velódromo, y me he animado a hacerlo al ver el accidente delante mío de una señora cuando bajaba del autobús y un ciclista la arrolló, no paró para preguntar por su estado y el ciclista salió huyendo por pedales, cual Bahamontes, mientras lo más fino que le llamaban los que presenciaron el hecho fue hijo de tal? Seguramente habrá habido muchos accidentes dado el trazado confuso donde en muchos lugares se entremezcla el carril y la acera de viandante. Lo que sucede es que no se denuncian porque no habrán sido de violencia extrema y afortunadamente suelen quedar en un incidente desagradable y un susto morrocotudo. Sólo tiene amigo lector que ver a pedaleantes que han tomado el carril-bici como si fuese un velódromo y en vez de ir en plan paseo van en plan competición sin precaución y con el derecho de que van por su carril. Otra cosa es la mayoría de la ciudadania, incluyendo familias enteras, que disponen de esta herramienta de paseo y que transitan con prudencia, velocidad comedida y respeto hacia los viandantes.

Si el Ayuntamiento dedicase a algún agente a poner orden y llamar la atención a quien no circule con precaución quizá no hubiese sido necesario el escrito de este texto. El agente local debería parar a los bicicleteros que vayan mas rápido de lo que marca un paseo, se ve a todas horas, no hace falta sancionarlos si no advertirlos de que su exceso de velocidad puede producir un accidente. Eso sería una medida preventiva para evitar accidentes y sustos.

..."un ciclista la arrolló, no paró para preguntar por su estado y el ciclista salió huyendo por pedales mientras lo más fino que le llamaban los que presenciaron el hecho fue hijo de tal"

Por otra parte aprovechar para algo que ya he denunciado en otras ocasiones y es la necesidad de cuidar el mantenimiento de mobiliario, pintura etcétera. Aquí en Santander tenemos la manía de hacer muchas cosas, pero al parecer cuando se hace las cosas muy beneficiosas para la ciudad no se pone una partida dedicada al mantenimiento y control de las mismas. Las Llamas, Mesones y un largo etc. dan ejemplo de lo que decimos, más la escasa seguridad y vigilancia. Ya no somos cuatro monos y nos ha entrado gente por los cuatro costado donde unos sí y otros no se adapatan a nuestras costumbres.
Algunas estatuas llevan años muy deterioradas y muchos más años viéndonos pasar sin fijarnos en ellas, pero están ahí en un estado de deterioro notable ( les adjunto la foto de Estrañi en mitad de Reina Victoria y tantas otras en igual situación)

                                                     
Todo ello habría que recuperarlo, sanearlo y vigilarlo, aquí solo hay política policial contra motos y coches en plan recaudador. Eso es fundamental ahora que se habla tanto del turismo que viene a nuestra ciudad, de que crecen los visitantes? y aunque no fuera así simplemente para el disfrute de los santanderinos que para algo pagamos impuestos en nuestra ciudad.

En fin, volviendo al tema bicicletas además de la vigilancia sería deseable poner unas señales en los carriles-bici diciendo al bicicletero que es un carril de paseo y no un carril para echar carreras, algo que debería decir el sentido común pero que está visto no sucede a esos kamikazes sobre ruedas. La mayoría de los ciudadanos adoptan principios de prudencia y respeto, pero como en todas las cosas de la vida a algunos conviene recordárselo. Nos imaginamos que esta misiva, y las medidas que proponemos, aunque lo lea la Alcaldesa, no sean acogidas y tomadas en cuenta  pero si es así se lo volveremos a recordar porque cientos y cientos de santanderinos que nos leen sí las apoyan a tenor de los comentarios que nos envían y que escuchamos en la calle