El ejército de charlatanes que tiene España. Por Carlos Magdalena
En efecto lo que sí tiene España, y seguramente seguirá incrementándose, es un ejército de charlatanes que son capaces de debatir las chorradas más importantes que se les pase o cruce por la cabeza con un desconocimiento y falta de capacidad total sobre los problemas reales salvo para medrar y conseguir sus propios objetivos, mantenerse en el poder y no dar palo al agua.
Desde todos los ámbitos europeos, en España también, por parte de los más reflexivos y conscientes del peligro y del problema que nos invade piden la creación de un ejército europeo que no sea de enfermeras y que sea letal, pero adelantamos que en la situación actual que atraviesa España con el comunismo en el poder y con los tentáculos que dispone en todos los ámbitos de la sociedad y de las instituciones eso es misión imposible.
Lo que sí tiene España, y seguramente seguirá incrementándose, es un ejército de charlatanes que son capaces de debatir las chorradas más importantes que se les pase o cruce por la cabeza con un desconocimiento y falta de capacidad total sobre los problemas reales salvo para medrar y conseguir sus propios objetivos, mantenerse en el poder y no dar palo al agua.
Siempre se ha dicho que sobran parlamentarios, concejales diputados, asesores, asesoradores y toda la tropa que vive a costa de España y de la poca productividad que dan las empresas. Si eliminásemos parte importante de ese ejército de charlatanes podríamos disponer de un ejército profesional con armas siglo XXI y no con mosquetes para que defienda este país o que defienda si me apuran las 17 autonomías o estados en los que está descompuesto el país.
Vienen tiempos revueltos, existe una revolución tecnológica continuada que tenemos que agarrarnos a ella como sea mediante inversiones y estudios para nuestra juventud, la más preparada que este país ha tenido jamás y no tiene oportunidad de salir a flote, se está asfixiando.
Mientras, la quinta columna (El Islan) nada durmiente y muy activa se va adueñando poco a poco del territorio español. Se precisa, como ya hemos apuntado en otros artículos, rescatar del ostracismo a los funcionarios de la guerra. No vivimos en el mundo de la amapola y si queremos progreso, bienestar etc. también hay que estar preparado para defenderlo.(y no lo estamos)
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