Ayuso o, ¿el principio del final de Sánchez? Por Carlos Magdalena

Y como Sánchez sabe que se la juega en las elecciones de Madrid, que toda España las ve en clave nacional, porque existe el convencimiento de que si Ayuso gana por mayoría absoluta Sánchez se vería obligado a convocar elecciones porque no podría seguir con ese gobierno de colorines de 23 ministros de amigos, está la España periférica expectante.

En efecto, el ambiente político nacional, ya muy deteriorado, y la Comisión Europea, que no acepta sus números para recibir los  fondos europeos, haría irrespirable que Sánchez siguiese al frente del Gobierno con el apoyo de los independentistas catalanes y vascos, más la ultraizquierda comunista. Los Estados conservadores del norte de Europa no creen en Sánchez y su gobierno comunista.  
 

Los temores fundados de que le mueven el sillón que le regaló Rajoy ha obligado a Sánchez a poner a trabajar, es un decir, a la banda de 23 ministros con los que adorna el paripé de su desgobierno. La Comisión Europea le pide su plan de recuperación para entregar los Fondos y él se esconde. La foto que tienen en Europa de España y de Sánchez es la de Grecia en su día con la deuda soberana más los rescates que tuvo que hacer la Troika por ocultar y falsear la economía con los sucesivos gobiernos helenos donde la culpa final se la endosaron a Tsipras,  si bien participaron todos en el grave problema en que se sumió Grecia con una fuerte emigración económica y un deterioro sustancial del sistema sanitario.

Una victoria aplastante de Ayuso en Madrid sería celebrada en todas las cancillerías europeas porque se eliminaría un grave problema en ciernes oculto por la pandemia. Pero para que eso termine de fraguar el señor Casado se debería retirar totalmente y dejar a Ayuso frente a Sánchez.

Casado no quiere ver que su tiempo ya pasó, que lo único que ha hecho ha sido seguidismo de Sánchez en vez de oposición dura. Y volvemos a repetir lo de siempre, Casado ha estado en este periodo político corriendo detrás del “huesuco” que le tiraba Sánchez.