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Opinión 25-08-2021 13:38

Adaptación de la Humanidad a la Tecnología Por Juan Goti Ordeñana Catedrático jubilado de la Universidad de Valladolid

Los pensadores, entre tanto, tratan de adelantar la construcción de un mundo poshumanista, y dan varias líneas de pensamiento que David Roden clasifica como: crítico, transhumnismo y especulativo.

 

Parece que de alguna manera en nuestra sociedad se ha despertado, en estos tiempos de pandemia, la amenaza y la preocupación por la condición del trabajo en el futuro, cuando las empresas han resuelto que sus empleados desarrollen el trabajo desde los internet que tienen en sus domicilios, con lo que la función del trabajador va a ser en solitario con comunicación a través de las líneas de la técnica.

Los pensadores, entre tanto, tratan de adelantar la construcción de un mundo poshumanista, y dan varias líneas de pensamiento que David Roden clasifica como: crítico, transhumnismo y especulativo. Aunque todos ellos tratan de coordinar alguna relación de la poshumanidad con la tecnología. No obstante, varían la forma de justificar esa relación, y todos ellos terminan con proyectos de la tendencia poshumanista, que se anuncia como el futuro del mundo.

En una visión crítica, los proyectistas de la nueva sociedad poshumanista ponen todo su empeño en mostrar, que, la innovación tecnológica que está floreciendo en nuestra sociedad, va a crear una cultura que nos llevará a un futuro, en el que el hombre dará el paso a un progreso basado y dominado por la tecnología. Esta orientación no sólo se contenta con llamar la atención sobre la necesidad de asumir la tecnología que va surgiendo, sino que obliga a imbuirse de ella para entender el futuro mundo que ya nos apremia, y la evolución humana que se va a derivar de ella. Este poshumanismo que nos urge, anuncia ya, que va a destronar el antropocentrismo, que ha regido desde la edad moderna como punto central de la vida en este mundo, para dar paso a unas formas de convivencia dirigidas y sumisas a los que dominan la tecnología. Donde se advierte que va a surgir una relación entre la persona y la tecnología, en la que va a preponderar la superioridad de la técnica. Por este motivo se propone, como algo ineludible, la llegada de tecnologías emergentes, que todavía no conocemos, y que serán en realidad las que, en verdad, conformen a la sociedad del futuro.

Desde otro punto de vista, la evolución de la humanidad, como consecuencia de la adopción de la tecnología que se vienen incrementando, lleva a aventurar un transhumanismo sin definir en qué consiste. Pero anunciando, que se ha traspasado el humanismo que ha regido, hasta ahora, en la cultura Occidental. Donde se imagina, que las buenas tecnologías pueden ayudar al hombre y hacerle mejorar en sus capacidades, al tiempo que le exigirá una nueva sociedad, que nacerá de estas innovaciones. Con ello se presupone, que al ser humano se le abren perspectivas para llegar a eliminar aspectos de su debilidad, de modo que este transhumanismo se presupone, que viene con grandes beneficios, que se desarrollarán en la nueva era del poshumanismo.

Esto lleva a inferir, que es preciso eclipsar la cultura tradicional humanista, que hemos elaborado en nuestra historia de Occidente, y dar paso a una evolución, que sueñan que va a traer una gran mejoría, como fruto de las innovaciones aportadas por la tecnología. De modo que los transhumanistas piensan que estas tecnologías van a suponer una prolongación de la vida, una mejora de las capacidades físicas y mentales de la persona, las cuales serán sin límites, por las nuevas técnicas que se irán descubriendo en el futuro. Una vez mejorada la condición humana, aún se especula que se podrá ir avanzando sin fin con nuevos descubrimientos, los cuales supondrán la liberación de las limitaciones que el hombre ha padecido en la cultura humanista, desarrolladas en la historia que nosotros hemos conocido.

Se ha llegado a la especulación de que los últimos avances técnicos que ha tenido la humanidad hasta este momento, sólo son el inicio de la marcha de las tecnologías en el cosmos. Lo conocido hasta ahora, se puede considerar como una secuencia de la cultura de la pasada época humanista. Este progreso, por tanto, no ha hecho más que empezar, pues las futuras tecnologías vendrán a mejorar las cualidades del hombre, hasta límites no previstos hasta ahora. También se sueña, que en esta época del poshumanismo, la persona será mejorada aún en aspectos de la biología, con ocasión de las investigaciones que se harán.

De modo que la idea de la poshumanidad lleva a creer que con las nuevas técnicas se llegue a moldear unas personas híbridas, esto es, seres compuestos de tecnología y humanidad. Y aun se viene a pensar que podrá darse una variedad de formas poshumanas, a medida que la humanidad tradicional se vaya acomodando a las diversas técnicas que van a ir surgiendo.

En realidad, por ende, se está fabricando el mito de lo tecnológico, donde se considera la tecnología como algo mágico, llegando algunos autores a pensar, que esta marcha no va a tener limitaciones en la modificación del ser humano, cuando sea tecnificado. A la vez que anuncios del porvenir ofrecen diversas perspectivas de la sociedad del futuro. En verdad, parece que se hacen eco de las historias que se han contado por los soñadores del futuro, que a veces hemos leído en la novelística de investigación.

En los últimos tiempos estamos viendo cómo prospera la tecnología, y advertimos que resultan nuevos descubrimientos que ni siquiera soñábamos. Pero de aquí a pensar, que el futuro va cambiar la naturaleza humana, y hacer un compuesto de hombre y máquina, parece una fantasía con bastantes tintes de disparate. Lo que sí parece, es que la tecnología, que camina inexorablemente, va a condicionar el trabajo del hombre, y abrir nuevos campos laborales, con los interrogantes que traerá para las personas en un futuro.

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