A vueltas con las minorías. Miguel Lopez Sintes
Estamos en una sociedad donde hemos asentado unos valores de respeto y cuidado de las minorías y lo minoritario, que no cabe la menor duda que son fundamentales para un desarrollo armónico y equilibrado, evitando de esa manera que nadie pueda sentirse discriminado, e integrándose plenamente en la evolución y desarrollo social.
Y esa cultura por lo minoritario con sus derechos queda permanentemente reflejada en las reclamaciones y reivindicaciones que diariamente recogemos en los diferentes medios de comunicación por parte de grupos que en su perfecto derecho se sienten agraviados. Pero muchas veces a la hora de recoger esas demandas cuando se producen en público, las instantáneas fotográficas nos demuestran lo realmente minoritario de los grupos que lo conforman y si le pusiéramos interés, fácilmente que en contrariamos personajes que se repiten. No quiero decir que carezcan de importancia dichas demandas, pero tengo la sensación que mas de una vez un bien superior o colectivo queda cuestionado en aras de intereses con claros matices ideológicos.
Podíamos localizar múltiples ejemplos, pero esta reflexión me ha venido en concreto ante la noticia de la aceptación administrativa de la ampliación de la central eléctrica de Aguayo (Cantabria), sin encontrar ninguna pega de los colectivos de ese Ayuntamiento, muy belicosos contra unas instalaciones eólicas que también afectan a otros municipios. Las arcas de ese Aytº están magníficamente dotadas gracias a las aportaciones de la central, permitiendo a sus vecinos disfrutar de unos beneficios extraordinarios, muy merecidos como es lógico. Pero me cuesta entender que un bien superior como es obtener una energía limpia y que también permitiría a otros pueblos beneficiarse en sus arcas, sea cuestionado por alguien que ya se beneficia de una instalación industrial, con el argumentario ecologista de la protección del paisaje y otros efectos sobre la fauna y el terreno. Parece un argumentario bastante ideológico y un poco egoísta.
Podemos seguir y nos iremos encontrado con el peso otorgado a políticas de minorías respecto a mayorías. Ahora cualquier entidad que se precie tendrá entre sus objetivos priorizar el uso de bicicletas y patinetes, algo que me parece encomiable por lo deportivo, lo saludable y lo ambiental, pero no estaría de más que las mayorías, que son los viandantes, también se sintieran protegidos por la exigencia del conocimiento de normas e identificación de los usuarios de esos vehículos. Tiempos aquellos que las bicicletas llevaban una chapa de latón. Ahora que no hay vivienda sin seguro, se nos permite circular por las ciudades y otros espacios alegremente.
En fin, al margen de lo comentado debemos defender las necesidades de las minorías, pero sin perder de vista aquellos intereses que abarcan al publico en general.
Claro, mayorías silenciosas.
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