Las hembras de oso pardo son más activas a la hora de buscar pareja de lo que se creía hasta ahora, según el MNCN
Un equipo internacional liderado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha confirmado que las hembras de oso pardo son más activas a la hora de buscar pareja de lo que se creía hasta ahora. Esta es su conclusión tras analizar los movimientos de hembras de tres poblaciones diferentes a lo largo de 21 años.

Durante este periodo, han comprobado que ellas realizan los mayores desplazamientos en la época de celo, es decir, primavera y verano. La investigación, publicada en la revista 'Movement Ecology', aporta suficientes datos como para extrapolar los resultados a la especie ya que se ha desarrollado en poblaciones de Finlandia, Eslovaquia y Rumanía.
El investigador del MNCN Vincenzo Penteriani especifica que las hembras de Finlandia se movieron más durante el celo mientras que las de las poblaciones de Rumanía o Eslovaquia registraron movimientos aún mayores durante el periodo de hiperfagia, es decir, cuando están aumentando sus reservas alimenticias de cara a comenzar la hibernación.
Y es que en Finlandia, a diferencia de Eslovaquia y Rumanía, sí que hay comederos artificiales, por lo que las hembras de esta población podrían necesitar moverse menos para conseguir suficiente comida. "Estas diferencias nos confirman que las condiciones ambientales locales también influyen en el movimiento y comportamiento de los ejemplares", ha aclarado Penteriani.
Penteriani ha incidido en que se necesita continuar la investigación sobre cómo influyen las condiciones ambientales y sociales, así como determinar las consecuencias evolutivas que tiene el comportamiento sexual de las hembras en los mamíferos. "Un rol más activo puede ser una importante presión selectiva en la evolución de las estrategias reproductivas de los mamíferos", ha enfatizado.
De acuerdo con la investigación, algo a tener en cuenta en la decisión de las hembras de moverse durante el periodo de celo es que puede servir como estrategia para reducir las tasas de infanticidio ya que algunos machos matan a las crías --cuando no son suyas-- para provocar que la hembra se vuelva a poner en celo.
"Por eso pensamos que las hembras copulan con números machos en diferentes áreas, para asegurarse de que luego sus crías no serán atacadas", ha explicado la investigadora del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (IMIB), María del Mar Delgado.
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