Sánchez reconoce que existe una crisis económica
Este reconocimiento de la existencia de una crisis económica en España por parte del presidente en funciones Sánchez es de valorar muy positivamente. Recuerden que los políticos además de no admitir sus errores normalmente mienten a los ciudadanos, luego cuando se produce una manifestación del calibre de la que ha hecho el presidente Sánchez, las campanas suenan a arrebato.
La primera consecuencia de ese reconocimiento debe ser sin duda, y aunque esté en funciones, el que se adopten medidas para paliar en parte esa crisis económica e intentar superarla en el mínimo tiempo posible. Recuerden la risas que hacía Zapatero cuando le preguntaban por la crisis juntamente con el ministro Blanco, alias Pepiño, y respondían ¡qué crisis¡ Así nos fue. Imaginamos que el presidente Sánchez haga especial énfasis durante la campaña electoral en lo que interesa a los ciudadanos, la economía.
Y lo que todos esperamos es que gobierne de una vez y adopte las medidas necesarias y urgentes para salvar la situación, consciente lo es porque lleva del brazo a los mítines a la ministra de economía Calviño. Hay que evitar que la crisis económica que algunos dicen suave pueda agravarse en el tiempo y en los daños.
En efecto procede ayudar al motor de crecimiento, el mundo empresarial, para que mantenga la rentabilidad y la productividad y evitar entregar dinero a empresas que se sabe que no tienen ninguna viabilidad con subvenciones que no retornan a la comunidad porque no hace falta ser un gurú económico para saber qué empresas son rentables y cuáles no lo son y demandan cerrarse para evitar males mayores. Se debe evitar sangrías económicas de dinero público, enterrandolo sólo para mantener plantillas de empresas inviables.
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