El metano de mis vacas. Por Pedro Arce.

Últimamente estoy un poco aturdido por las noticias más que confusas que escucho sobre los temas más peregrinos o, también, sobre temas de importancia, aunque dudo que éstos últimos estén a la altura de los políticos que nos gobiernan en los actuales y convulsos tiempos, para abordarlos con seriedad y eficacia.

Hoy estoy de humor y voy a hablar de un tema que me tiene preocupado y confundido y se trata del metano de nuestras vacas, pues dicen los sesudos políticos europeos y muchos seudoecologistas de salón de nuestro país, que las vacas tiran muchos pedos y exhalan metano y están produciendo una catástrofe climática en nuestro planeta.

¡Y puede ser cierto!, pero supongo que las vacas de otros tiempos también tendrían flatulencias y tirarían sus pedos y nadie parecía quejarse. No vaya a ser que ahora las vacas sean culpables de todo, como los gallos cantamañanas que a muchos urbanitas les molestan cuando se van un fin de semana a una casa rural o las campanas de la iglesia de mi pueblo.

Pero es necesario sacar la parte positiva de todo y se me ha ocurrido, en esta tarde otoñal y más que calenturienta con 28º en mi pueblo, que el metano de las vacas se podía utilizar para compensar la escasez de energía de nuestros tiempos y ya ven que nuestras

 Vacas,además leche y carne, nos pueden resolver el problema de la energía que padeceremos cuando llegue el frío invierno.

Además, ello resolvería un problema de conciencia de los ecologistas de salón, para evitar comprar el gas a los EE. UU., obtenido a través del fracking, técnica que abominan en España, en su habitual hipocresía.