Para opinar hay que tener poder

Apelar a una solución con Marruecos a través del rey Felipe VI o Juan Carlos no es otra cosa que acudir al quijotismo y al romanticismo. Para opinar hay que tener tanques, drones armados, misiles... y España ha renunciado a estar en la escena internacional al desarmarse y no llega ni a ser comparsa, y aún menos a poder defenderse.

Marruecos se gasta parte de su PIB en armas, hace maniobras con EEUU y tiene, ¡oh paradoja! las mejores relaciones con el ejercito mejor entrenado y armado del mundo, el hebreo. Y el Gobierno socialista de Sánchez va opinando y tomando decisiones sin tener ningún poder, y así le van las cosas a España.

Todavía estamos esperando que Bruselas eche atrás, tumbe todos esos informes de la recuperación económica que no cumplen, dicen, el mandato de la UE por inveraces. Tal y como está configurado el Gobierno de España debe de asumir que no pinta nada y que no puede opinar, y menos pedir la autodeterminación del Sáhara que tiene como propio Marruecos. España no es independiente y depende de lo que digan los poderes fácticos que rigen el mundo y debe de preguntar,  lo primero que debería de hacer el señor Sánchez es pedir una visita a Biden, que no le va a recibir, para que le diga qué es lo que tiene que hacer en el caso Marruecos y en todos los demás casos que se ventilan en Washington.

El pragmatismo es lo que debe imperar en las relaciones internacionales y de eso Sánchez no tiene nada porque lo suyo es estar aferrado a la presidencia y seguir en la Moncloa pactando con quien sea, hasta con el diablo como lo está haciendo.
En lo que se refiere a las relaciones con Marruecos sabe muy poco porque de lo contrario ya habría ido a camelar a Mohamed VI y le hubiese ofrecido el oro como hace con catalanes y vascos, aunque con el moro lo tiene difícil. La izquierda trasnochada y decimonónica de este país vive en el siglo XIX , sigue haciendo la trashumancia y no sabe que el mundo se rige por otros parámetros que no son estrictamente los ideológicos. Cómo  sigan con esta forma de hacer política cualquier día de estos el señor Sánchez tendrá la brillante idea de mandar de embajador de Estados Unidos al señor Zapatero, ya saben aquel que al pasar la bandera americana en un desfile no se levantó en un arranque de poder mal entendido, soberbia e ignorancia. ¡Qué Dios nos libre de los tontos importantes!