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Sanidad Cantabria 18-03-2025 15:00

Pacientes con cáncer de próstata de riesgo intermedio tienen una opción de tratamiento con terapia focal HIFU

El jefe del Servicio de Urología del Instituto de Cirugía Urológica Avanzada (ICUA), el doctor Fernando Gómez Sancha, destaca la terapia focal HIFU en el tratamiento del cáncer de próstata, ya que reduce significativamente los efectos secundarios de la prostatectomía.

La prostatectomía "puede impactar la calidad de vida del paciente al aumentar el riesgo de incontinencia y disfunción eréctil". "Esto ha llevado a que muchos pacientes con tumores de bajo o intermedio riesgo descarten la cirugía radical", señala el experto.

La terapia focal es una estrategia terapéutica, basada en el uso de diversas fuentes de energía, que es especialmente adecuada para hombres jóvenes con una vida sexual activa, pacientes de edad avanzada y aquellos que han recibido radioterapia y presentan una recurrencia tumoral.

El experto recuerda que la adecuada selección del paciente es clave para el éxito de este tratamiento; "y en ICUA se dispone de una amplia experiencia en la estadificación y selección de casos", señalan desde el centro.

La vigilancia activa sigue siendo la primera opción para tumores de bajo riesgo y una alternativa válida en casos seleccionados de riesgo intermedio. Consiste en un seguimiento periódico basado en la medición del antígeno prostático específico (PSA), tacto rectal, resonancia magnética y biopsias prostáticas.

La técnica `Sonablate` HIFU es un procedimiento no invasivo que utiliza un transductor transrectal para dirigir energía ultrasónica focalizada, generando hipertermia controlada. "El sistema mide las dimensiones de la próstata con ultrasonido y emite un haz de energía que se dirige con precisión a la zona a tratar", explica Gómez Sancha.

El procedimiento, guiado por un sistema automatizado y robotizado, permite tratar la próstata de tres formas: radical (trata toda la glándula prostática); parcial (trata solo una parte de la próstata); focal (trata exclusivamente la zona afectada por el tumor, con un margen de seguridad).

Según el Gómez Sancha, "la fusión de imágenes de resonancia magnética, biopsia y ultrasonido en tiempo real permite identificar con precisión el área a tratar, minimizando los efectos secundarios de los tratamientos convencionales".

El tratamiento se realiza bajo anestesia local o general, con una duración de 1,5 a 2,5 horas, dependiendo del volumen prostático tratado. Es un procedimiento prácticamente indoloro, con una recuperación rápida, permitiendo el alta hospitalaria en 24 a 48 horas. Está indicado para pacientes de edad avanzada, aquellos reacios a una cirugía radical o con recurrencia tumoral tras radioterapia.

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