Los testigos de un paro cardiaco en España inician la maniobra de reanimación en solo un 40% de los casos, según estudio
En España, los testigos de un paro cardiaco inician la maniobra de reanimación solo en un 40 por ciento de los casos, un dato que está "bastante por debajo" de la media europea, que está en torno al 58 por ciento, según ha puesto de manifiesto el director de Promoción de la Salud de Fundación MAPFRE, Antonio Guzmán.
Por otro lado, en 1 de cada 3 de estos casos, estas personas inician la reanimación con apoyo telefónico de los centros de coordinación. Así lo ha expresado en la presentación del informe 'Registro español de parada cardíaca extrahospitalaria 2022', impulsado por Fundación MAPFRE y el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP), que ha sido declarado de interés sanitario por el Ministerio de Sanidad.
El informe, que se ha dado a conocer este viernes en el VI Congreso Nacional del Consejo Español de RCP, ha contado con la participación de un total de 18 servicios de emergencias médicas, 16 de ámbito regional y dos de ámbito municipal, que en conjunto atienden a una población de más de 44 millones de habitantes.
"Los países que mayor reanimación por testigos realizan están en el 83 por ciento. Es decir, estamos prácticamente en la mitad de estos países", ha alertado Guzmán. Asimismo, el segundo dato que ha destacado es que el uso de los desfibriladores por parte de los testigos en España fue "únicamente" de un 4 por ciento en 2022, también bastante por debajo de la media europea, que está en torno a un 28 por ciento. De hecho, en Europa, el rango va desde el 3,8 de los países que menos se utiliza hasta el 59 por ciento. "Nosotros estamos en ese porcentaje de países que menos se utiliza", ha sostenido.
En este sentido, ha señalado como país, España tiene "un amplio margen de mejora". Así, los principales pilares para revertir esta situación son, a su juicio, la sensibilización a los ciudadanos y la formación a los niños en edad escolar y crear "un sistema eficaz que salve vidas". "Queremos que cada vez haya más ciudadanos que sepan cómo actuar para aumentar las tasas de supervivencia tras una parada", ha añadido.
Así las cosas, el 60 por ciento de las paradas cardíacas sucede en el domicilio y solo un 15 por ciento en presencia de los servicios de emergencia, datos que ponen de manifiesto la importancia de la formación desde edades tempranas. En concreto, más de la mitad de las paradas que suceden en el domicilio (53%) son presenciadas por familiares y otras personas.
Es un proceso más frecuente en hombres (71%) y la edad media en la que se produce es de 63 años. Solo un 2 por ciento de los pacientes son menores de 16 años.
Los servicios de emergencias médicas consiguen recuperar el pulso y trasladar al hospital al 31 por ciento de los pacientes de paro cardíaco fuera del ámbito hospitalario en España. La supervivencia, una vez alcanzada el alta del paciente, es del 11,4 por ciento, de los cuales un 9,8 por ciento regresa a su casa en buen estado neurológico.
LA IMPORTANCIA DE LOS PRIMEROS MINUTOS
En caso de parada cardíaca, los primeros auxilios deben practicarse con la mayor rapidez posible. El 23 por ciento de las personas que sufren parada cardíaca son atendidos en los primeros 8 minutos y más de la mitad (66%) en los primeros 15, lo que pone de manifiesto la importancia del tiempo de actuación.
Según los expertos, desde que se produce una parada, cada minuto que pasa representa un 10 por ciento menos de probabilidad de supervivencia. También señalan que la probabilidad de sufrir daño cerebral es mayor si la parada dura más de 5 minutos sin intervención.
El informe también subraya que, en 6 de cada 10 llamadas a los servicios de emergencias sanitarias, el paciente estaba inconsciente, pero existen otros motivos de llamada relevantes en este tipo de casos, como el dolor torácico.
LA RCP TRIPLICA LA POSIBILIDAD DE SUPERVIVENCIA
"Una RCP básica triplica la posibilidad de supervivencia del paciente, una cifra que sería mayor si los pacientes llegaran en buenas condiciones", ha manifestado el doctor Fernando Rosell, investigador principal del informe, quien ha destacado que la parada cardíaca respiratoria extrahospitalaria es "un proceso tiempo-dependiente en el que cada minuto de retraso en recibir asistencia juega en contra de la probabilidad de supervivencia, así como de repercutir en la gravedad de las secuelas".
Por este motivo, el médico del 061 de La Rioja y miembro de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (SEMES) ha hecho un llamamiento a la sociedad, para que se implique más en la atención de estos pacientes, "especialmente en los primeros minutos y hasta que los servicios de emergencia llegan".
Las experiencias en otros países han demostrado que, cuantos más ciudadanos sepan responder ante una parada cardíaca, y más disponibilidad de desfibriladores de acceso público haya, mejores serán las tasas de supervivencia en caso de paro cardíaco.
Preguntado sobre el "miedo" de la sociedad al uso de estos dispositivos, Rosell ha insistido en la importancia de "perder" este temor. "El uso de los desfibriladores es absolutamente sencillo, no entraña ningún riesgo para el paciente, y lo único que puede hacer es salvarle la vida. Nunca vamos a hacer un uso inapropiado del dispositivo porque este, si no tiene que trabajar, si no tiene que dar la descarga, no la va a dar. Y esta idea hay que trasladarla desde la escuela. Salvar una vida está en las manos de los testigos, de los familiares y de la formación", ha remachado.
CÓMO ACTUAR
Lo primero que se debe hacer ante esta situación es valorar el estado de consciencia de la víctima, para lo que habrá que intentar comunicarse verbalmente con ella. En caso de no recibir respuesta, se sacudirá suavemente a la persona por los hombros para comprobar si se mueve.
En caso negativo, se pedirá ayuda y se pondrá a la víctima boca arriba para determinar si se ha detenido la respiración. Tras confirmar que el paciente no respira, se debe llamar a los servicios de emergencia y comenzar la RCP lo antes posible a través de compresiones torácicas a un ritmo de alrededor de 100-120 compresiones por minuto alternando con respiraciones a ritmo 30:2.
Si no se está preparado o no se siente capaz de realizar respiraciones, se pueden realizar las compresiones ininterrumpidamente. También se debe pedir un desfibrilador automático externo (DEA) y utilizarlo en cuanto esté disponible, sin olvidar que la RCP no debe detenerse.
El desfibrilador analizará el ritmo cardíaco y determinará si es necesario administrar una descarga eléctrica. Si es así, después de la descarga, se debe reanudar la RCP inmediatamente. Es importante recordar que se deben seguir las instrucciones del centro de coordinación de emergencias, que es quien proporciona los pasos adecuados hasta que llegan los servicios sanitarios.
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