El 3,2% de los adultos cántabros padece de dolor crónico y osteoporosis asociada, según un estudio
El 3,2 por ciento de la población adulta de Cantabria padece de dolor crónico y osteoporosis asociada, siendo la comunidad autónoma con menor prevalencia, según los datos del `Barómetro del dolor crónico asociado a la osteoporosis. Análisis de situación de su impacto en España`, presentado por la Fundación Grünenthal y el Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz.
También es la región a nivel nacional con una menor prevalencia de osteoporosis en los pacientes de dolor crónico, con un 19,5%, según los datos de este estudio que cuenta con la revisión y respaldo de la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis (AECOSAR) y la Fundación Internacional de la Artrosis (OAFI).
A nivel nacional, el 8,5 por ciento de la población adulta en España padece de dolor crónico y osteoporosis asociada, lo que supone más de seis millones de personas afectadas a nivel nacional, siendo únicamente tres de ellas diagnosticadas.
Este barómetro tiene como objetivo describir las características epidemiológicas y de atención sanitaria de los ciudadanos adultos que sufren dolor crónico asociado a osteoporosis.
Según los datos presentados, en cuanto a la edad, los individuos entre 55 y 75 años son los más afectados, con una prevalencia de dolor crónico y osteoporosis del 16,3 por ciento, siendo la población más joven, entre 18 y 34 años, la que presenta una prevalencia más baja, 1,5 por ciento. Respecto al sexo, ha demostrado que las mujeres presentan una mayor prevalencia de dolor crónico y osteoporosis, representado un 10,8 por ciento, mientras que los hombres, un 6,2 por ciento.
Por otro lado, el dolor se localiza sobre todo en extremidades y articulaciones, en un 43,3 por ciento de los casos. No obstante, la espalda es también una de las localizaciones más frecuentes del dolor en un 23,8 por ciento de los pacientes.
Además, afecta directamente al ámbito laboral, social, familiar y personal de los pacientes, pues limita el desarrollo de sus actividades cotidianas, afectando así de manera negativa a su desempeño y ocupación profesional y mermando su estado de salud.
Los pacientes con dolor crónico y osteoporosis presentan una importante falta de autonomía para levantarse de una silla o de la cama, actividad en la que un 71,7 por ciento de los pacientes presenta alguna dificultad, incluso incapacidad para realizarla. En cuanto a las actividades profesionales, un 26,6 por ciento ha necesitado de baja laboral, prolongándose la situación de baja durante 5,4 meses de media.
PREVALENCIA POR COMUNIDAD AUTÓNOMA
De acuerdo con los datos del barómetro, Castilla-La Mancha es la región a nivel nacional con una mayor prevalencia de osteoporosis en los pacientes de dolor crónico (41%), seguida por Murcia (40,9%) y La Rioja (37,7%). Cantabria (19,5%), Navarra (21,3%) y País Vasco (26,5%) son las regiones con una prevalencia más baja entre los pacientes de dolor crónico.
Asimismo, en lo que respecta a la prevalencia de dolor crónico y osteoporosis asociada en la población total, Murcia es la Comunidad más afectada (12,6%), seguida por Islas Baleares (11,1%) y Extremadura (10,1%). Cantabria (3,2%), La Rioja (4,7%) y Navarra (5,3%) son las autonomías que presentan una menor prevalencia de dolor crónico y osteoporosis en la población.
Además, se destaca el caso de La Rioja, pues, a pesar de presentar la tercera prevalencia más alta de osteoporosis en pacientes con dolor crónico con un 37,7% por ciento, tiene la segunda prevalencia más baja de dolor crónico y osteoporosis asociada en su población con un 4,7 por ciento.
RETOS FUTUROS EN EL ABORDAJE DE LA OSTEOPOROSIS
El barometro señala que los retos en el abordaje de esta patología deben pasar por favorecer el diagnóstico precoz, por medio de la capacitación de la Atención Primaria y la formación de los colectivos vulnerables, con el fin de mitigar el problema del infradiagnóstico y reducir el riesgo de fracturas.
Asimismo, impulsar la recomendación de fuentes fiables de información, como son las sociedades científicas y organizaciones de pacientes, combatiendo la "infoxicación" y los bulos; y respaldar el empoderamiento y papel activo del paciente, a nivel micro como gestor de su propia enfermedad y autocuidado; como a nivel macro a través de las organizaciones de pacientes, de cara a su intervención en estrategias y políticas.
Por otro lado, impulsar la publicación de nuevas estrategias y la actualización de las ya existentes a nivel nacional y autonómico, que fomenten el envejecimiento saludable como mecanismo de prevención y planteen la excelencia asistencial, especialmente en las Comunidades Autónomas más afectadas.
Además de promover la expansión de las Unidades de Coordinación de Fracturas en los hospitales del Sistema Nacional de Salud, como modelo multidisciplinar de atención de referencia a pacientes que han sufrido una fractura por fragilidad; y avanzar en la atención a las comorbilidades, habituales causas de dolor y problemas asociados en los pacientes de osteoporosis, poniendo el foco en el estudio de los factores de riesgo y la reducción de la cronificación.
Finalmente, demandan que se trabaje en la mejora de la situación de los pacientes, tanto a nivel personal como profesional, fomentando el teletrabajo y la adecuación de los entornos laborales, etc.
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